En México, las campañas políticas se caracterizan por ofrecer a los votantes potenciales una serie de productos como plumas, botes, playeras, carcasas, despensas, en fin, mercancía que grabada con el logotipo del partido en cuestión.
Sin embargo, en Europa hay polémica por la iniciativa de algunos contendientes que en pro de ganar público, han repartido condones y que defienden su idea alegando que son un producto de marketing electoral. Este tipo de marketing se realiza únicamente mientras se desarrolla una contienda en busca de votos.
La portavoz adjunta de Unidos Podemos, En Común y En Marea, Irene Montero, defendió esa postura que haría subvencionables por el Estado a los preservativos. El diario ABC reportó que 50 mil preservativos para la campaña electoral de dicha instancia, fue compensada por el gobierno con 14,753. 75 euros.
PNV (EGI), el PSOE y el PP en el Ayuntamiento de Getafe (Madrid), también incurrieron en la práctica que marca una tendencia en el marketing político.
Y es que tan sólo el año pasado, la Secretaría de Salud (Ssa) adquirió 52 millones de condones, se estima que en en el mundo se utilizan 12 billones; y aún así unos 357 millones de personas contraen alguna de las cuatro infecciones de transmisión sexual (ITS) siguientes: clamidiasis, gonorrea, sífilis o tricomoniasis, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
Justo en la enorme cantidad de pacientes de ITS es el argumento de los políticos que regalan condones, por eso defienden que se trata de un objeto de marketing.