En sociedad y complicidad con mi amigo y experto en Relaciones Públicas Horacio Quintana @horacioqm hago uso de este extraordinario foro de apasionados y exigentes mercadólogos, para exhibir, someter y exponer lo que representa para mí una nueva visión sobre el uso de las Relaciones Públicas en el entorno digital, sobre todo en las redes sociales.
Por definición las Relaciones Públicas representa una disciplina de comunicación ordenada cuyo objeto es fortalecer los vínculos entre distintos públicos hacia una misión en común. También se le conoce coloquialmente como una forma de generar impacto mediático no pagado a través del intercambio contenidos o de valor entre organizaciones y personas.
Mi particular visión sobre el Digital PR consiste en la “Capacidad de identificar, conectar y aprovechar el liderazgo de opinión de influenciadores en Redes Sociales para crecer el nivel de “engagement” y valor de una marca sin representar actividad pagada.”
Así como en el mundo offline, una de las misiones de las Relaciones Públicas es buscar líderes de opinión o influenciadores que se conviertan en “embajadores” de una marca o de una causa, hoy en día existen mecanismos para identificar y activar a dichos líderes en los medios digitales.
Estos nuevos influenciadores no necesariamente serán aquellos que acumulen un extenso número de seguidores en sus redes sociales, sino aquellos que presenten un buen balance entre seguidores, conexión y sobre todo conocimiento de su ramo, liderazgo de opinión y voluntad de participar en un proceso como líder informal de opinión.
Un abogado de la colonia Roma con 3,000 seguidores en Twitter puede representar más impacto para una marca o servicio que una celebridad con 100,000 seguidores.
Hoy en día existen interesantes herramientas para medir el nivel de influencia en las redes sociales. La más común de éstas se llama Klout, cuyo algoritmo permite evaluar el nivel de actividad, conexión y diálogo de personas e instituciones alrededor de los medios digitales. Representa un buen primer filtro, pero para hacernos de verdaderos influenciadores requerimos de otras variables como:
-Tipo de contenidos
No sólo basta con revisar las cifras de influencia, también es importante analizar el tipo de contenidos que comparte el influenciador, la actualidad de éstos, su relevancia en el contexto local y la forma de curarlos. Un influenciador no solo es un retransmisor de contenidos sino también un curador de éstos, le agrega su punto de vista, una frase o una señal que encamine mejor a dicho contenido.
-Nivel de timidez
Un perfil tipo “egghead” o cabeza de huevo, que representa a todos aquellos perfiles en Twitter que no presentan fotografía o avatar, no podrá ser influenciador simplemente porque no tiene por alguna razón un rostro que mostrar.
– Nivel educativo
Si bien no es sencillo identificar el grado académico de nuestros influenciadores, si podemos analizar el uso de lenguaje, ortografía, estructura literaria, estilo, y aplicación de buenos modales. Grocerías o vulgaridades, aun y cuando no provienen de esta persona, descalifican de manera cualitativa el nivel de relevancia, dependiendo también la audiencia.
-Intensidad
Existen grandes influenciadores que cumplen con lo anterior, pero que no presentan la suficiente actividad en las redes como para apoyar alguna causa o marca. Es importante, en el balance de cualidades, encontrar perfiles que gusten de las redes y presenten buen y constante nivel de actividad.
Como podemos apreciar, hacer Digital PR no solo es una labor auxiliada de los números, requiere de especialistas en Relaciones Públicas y en comportamiento humano que logren identificar a grandes voceros informales que son potencialmente muy valiosos para ayudar a instituciones o empresas con su relevancia en estos nuevos e intensos medios de comunicación.