Convertirte en un emprendedor es dar un gran paso, ya que implica una gran responsabilidad a la hora de convertir una idea en un producto o servicio, sin embargo, se debe tener una estructura general muy bien planeada, donde una buena administración y un control general en el equipo de trabajo son piezas clave para que una PyME no forme parte de la penosa lista de empresas que se han ido a la quiebra en un par de años, incluso meses.
1. Desconocer cuál es tu mercado objetivo
Delimitar desde un primer momento a qué tipo de clientes se pretende llegar es lo que ayudará al emprendedor a saber hacía qué camino debe dirigirse. Uno de los errores más comunes es querer abarcar una gran parte del mercado sin saber si realmente es el consumidor apropiado. Asimismo, los errores de segmentación pueden generar que los esfuerzos de ventas sean completamente infructíferos.