A la hora de adquirir contenidos digitales, la palabra “compra” no siempre resulta del todo precisa, debido a que los métodos de protección de derechos, la verificación continua de licencias online, entre otros factores, favorecen que las compañías puedan retirar los contenidos o impedir su reproducción o consumo en cualquier momento.
Estas medidas, por supuesto, se pueden interpretar como una acción coercitiva hacia los consumidores, quienes enfrentan diferentes complicaciones a la hora de revender, regalar o prestar contenidos, de los cuales muchas veces no son precisamente los dueños, ya que únicamente adquirieron una licencia de uso.
Debido a ello, las protecciones digitales de copyright (DRM) pueden ser un arma de dos filos. Por una parte, implementar la protección de contenidos digitales favorece industrias como la venta de música online o de streaming, ya que las casas productoras se encuentran plenamente protegidas, no obstante, también puede convertirse en un dolor de cabeza para el usuario final, como ejemplo, al no poder utilizar sus contenidos sin una conexión de internet, algo común en apps, renta de música o videojuegos en formato digital.
Algunas marcas han sabido aprovechar este factor de manera sustancial, como en el caso de PlayStation, quien ante el descalabro sufrido por Xbox, quien anunció que los juegos no se podrían prestar, regalar o revender una vez usados, además de ser necesaria una conexión permanente a internet para poder jugar, lanzó un spot durante el E3 de 2013 en el que mostraba un “tutorial” de cómo prestar juegos:
Evidentemente se trata de una sátira, cuya estrategia consistió en atraer a los fans de la competencia que se encontraban molestos por las medidas de DRM o protección de derechos, a pesar de que PlayStation también cuenta hasta la fecha con este tipo de medidas, no tan agresivas como las planteadas inicialmente por Xbox, quien finalmente desistió, pero tuvo fuertes consecuencias en el posicionamiento de la marca.
En este sentido, es posible utilizar el copyright como una estrategia de marketing, en particular para atraer a los consumidores que buscan comprar o rentar contenidos digitales sin medidas tan opresivas de control de derechos y licenciamiento.