Puede que estos dispositivos hayan caído en el olvido de las audiencias, después de que se decidiera suspender el programa anunciado y hablar de un nuevo diseño, pero mientras tanto, la tecnología creada para ellas hasta el momento está siendo utilizada por la reconocida Universidad de Stanford, para enfrentar el problema de la lectura de las emociones en el otro por parte de los niños que sufren autismo.
Esta patología neurológica ha encontrado un nuevo aliado en las Google Glass, gracias a un programa de reconocimiento facial desarrollado por esta universidad para que utilizado en estos dispositivos, que permite la lectura de las expresiones emocionales en el rostro de los demás en tiempo real.
100 niños participan en este programa al que denominan terapia con “autism glass” para poder mejorar su habilidad en la lectura de emociones de otros y que utilizan en sesiones de 20 minutos para interactuar con los miembros de su familia cara a cara, en actividades del día a día, como jugar, comer o conversar.
Cuando el dispositivo detecta una emoción como felicidad o tristeza, aparece un emoji correspondiente que indica a los pequeños usuarios, lo que su interlocutor está expresando.
Google ha provisto al laboratorio dirigido por el investigador Dennis Wall de 35 Google Glass para este estudio, pero no está vinculado al mismo de otra forma, aunque al ofrecer estos dispositivos, ofrece nuevas posibilidades tras el anuncio de la suspensión de la producción de los mismos, con fines comerciales. Innegablemente esta iniciativa podría se el inicio de nuevos mercados para los famosos lentes.