M&M’s podría estar demostrando que el azúcar perdió la dulzura en el mercado de consumo con tendencias de compra más conscientes e índices más determinantes sobre el impacto de este ingrediente en la salud de quienes consumen dulces o bebidas.
Trascendidos hechos por Reuters señalan que fuentes cercanas a Mars, dueña de M&M’s y una declaración de la compañía enviada a la agencia, apuntan a que los populares chocolates de colores dejarían de acompañar postres como el McFlurry que vende McDonald’s, los Snickers de Burger King o los helados Blizzard de Dairy Queen’s.
Esta medida parece buscar la fortaleza en la reputación de marca para M&M, luego de que Mars ha estado promoviendo un consumo moderado de sus productos frente el riesgo calórico o de sodio que representan, tal como lo hizo con sus productos Uncle Ben’s rice y Dolmio pasta sauce, estrategia que se conoció como Health and Wellbeing Ambition.
El hecho que por ahora se mantiene como un trascendido de prensa, es un indicativo de que el consumo de azúcar se está modificando en la tendencia de mercado que actualmente existe.
Una cifra que ayuda a dimensionar este hecho es la inversión estimada en publicidad dentro de la industria de golosinas que tan solo en Estados Unidos está proyectada en 745.61 millones de dólares para el cierre de este 2016.
La medida que estaría por implementar Mars con este producto de chocolate recubierto, anteriormente ya ha llevado a otras compañías como Nestlé a ejecutar acciones similares.
En mayo pasado a través de su CEO en Estados Unidos, Paul Grimwood, la marca de alimentos se pronunció sobre la mejora en el perfil nutricional de sus productos, ante la medida sugerida por la Organización Mundial de la Salud, que recomendó una dieta diaria con menos de dos mil miligramos de sodio, lo que supone por parte de Nestlé, una eventual reducción de este elemento dentro de sus productos.
Ante estos ejemplos es importante reconocer que las estrategias de marketing implementadas por las grandes compañías de consumo de alimentos están perfilando un consumidor con mayor consciencia sobre la alimentación que tiene y atiende a necesidades planteadas por organizaciones internacionales como la OMS, que plantean compromisos por parte de la industria, para modificar la tabla nutricional de sus productos.