Al considerar que vivimos en un entorno globalizado y por lo tanto interconectado, es de vital importancia tener control de cada uno de los procesos y tácticas emprendidas con el fin de obtener resultados favorables. Sin embargo, un mal movimiento puede beneficiar a un grupo de personas.
Dichos segmentos, que reaccionan ante un determinado logro organizacional se conocen como stakeholders, que de acuerdo con IESE Business School estos hacen referencia a cualquier grupo o individuo que pueda afectar el logro de las metas de una corporación. Es importante resaltar que no sólo tienen relación con eventos que desfavorecen a una empresa, ya que también se benefician de aquellos grandes logros.
Los stakeholders pueden ser empleados, clientes, proveedores, accionistas, bancos, ambientalistas, gobierno, consumidores, dueños de empresas, gobiernos y comerciales locales, es decir, cualquier grupo que tenga el poder de ayudar o dañar a determinada compañía.
Es importante mencionar que el término no es nuevo, pues surge en la década de los 60’s en América del Norte, asimismo, cuenta con el gran impulso del filósofo Edward Freeman dentro de su libro “A New Perspective on Corporate Governance” donde divide al término en dos; el stakeholders amplio y el restringido.
El primero de ellos hace énfasis en el grupo o persona que es afectada a consecuencia del logro de metas de una organización, como por ejemplo productos que cobraron relevancia y que, en consecuencia, le restaron clientes a otra empresa con un giro comercial similar.
Posterior está el stakeholders restringido, el cual se centra en el segmento que depende de la organización, por lo tanto se beneficia con cada logro, ejemplo de ello son inversionistas, proveedores, clientes fieles de la firma comercial y empleados.
Los resultados favorables o desfavorables impactan de distinta manera a implicados directos como a indirectos, pues de determina situación se saca provecho de diferente forma.