Los dispensadores electrónicos con los que cuentan los bancos siempre han sido blanco de ataque por parte de los criminales, pero ahora la forma de hacerse con el botín, difiere bastante de las herramientas pesadas que se usaban antes…
Según a explicado Olga Kotechova, especialista en pruebas de penetración de Kaspersky Lab, durante el congreso de seguridad Analyst Summit 2016, los cajeros automáticos pueden ser muy vulnerables ante ciertos ataques que consiguen que, por ejemplo, éstos dispensen billetes sin control.
Algunas razones, según Kapersky Lab, que demostrarían la vulnerabilidad de los cajeros automáticos para ser hackeados, son:
- “Un cajero automático está compuesto por subsistemas electrónicos con controladores industriales. Sin embargo, detrás de estos terminales hay un ordenador convencional que controla el sistema, en la mayoría de los casos, con un sistema operativo anticuado.
- Si el cajero cuenta con Windows XP, ya no recibirá el soporte técnico de Microsoft. Cualquier vulnerabilidad que sufra se quedará sin parchear, quedando desprotegido frente a ataques.
- Los sistemas de los cajeros automáticos cuentan con un software vulnerable, desde reproductores de flash desactualizados con más de 9.000 bugs conocidos a herramientas de administración remota.
- Los fabricantes de estos terminales suelen creer que estos siempre operan en condiciones normales y que nunca tienen errores de funcionamiento. Por ello, en muchos casos, los cajeros no cuentan con soluciones de antivirus, ni con autenticación de la aplicación que envía comandos al dispensador de efectivo.
- Si no hay dinero en una parte del cajero, ¿por qué nos vamos a preocupar por su seguridad? Lamentablemente, este es el pensamiento de la mayoría de los fabricantes de cajeros. Acceder al depósito y dispensador de billetes es una tarea bastante complicada ya que suelen estar blindados y bloqueados. Sin embargo, el acceso al ordenador de los cajeros automáticos es bastante sencillo. Las medidas de seguridad no son suficientes para detener a los cibercriminales, pues el ordenador se encuentra protegido únicamente por una carcasa de plástico o de un fino metal.
- Los módulos de los cajeros automáticos están conectados con interfaces estándar, normalmente a través de puertos USB y COM (puerto serie). Sin embargo, en muchas ocasiones se puede acceder a la interfaz a distancia.
- Debido a que Internet es la forma de comunicación más económica en la actualidad, las entidades financieras utilizan la red para conectar sus cajeros automáticos a sus centros de procesamiento. Sin embargo, lo que muchos bancos no saben es que sus terminales aparecen en el motor de búsqueda Shodan. Esta web permite al usuario encontrar una gran variedad de sistemas conectados a Internet con la palabra “admin” como nombre de usuario y “1234” como contraseña, demostrando la poca seguridad de los dispositivos.
Con todas estas vulnerabilidades descritas, los criminales tienen muchísimas oportunidades para atacar los cajeros automáticos. Entre ellas, los ciberdelincuentes pueden crear un malware e instalarlo en el sistema para sacar dinero. Un ejemplo de amenaza es Tyupkin, un troyano que sólo acepta comandos en franjas concretas de la noche del domingo al lunes y que permite a los criminales robar efectivo de las máquinas infectadas.
Pero además de la instalación de troyanos y archivos maliciosos, los ciberdelincuentes pueden hackear estos terminales mediante un hardware conectado al cajero con un puerto USB. Los analistas de Kaspersky Lab, Olga Kochetova y Alexey Osipov, utilizaron un pequeño ordenador para demostrar cómo los ciberdelincuentes pueden hacerse fácilmente con el dinero del cajero:
https://youtu.be/ksEmXuV324I.
Sin embargo, el ataque a través de Internet es el más peligroso de todos. Los criminales pueden establecer centros de procesamiento falsos, o apoderarse de uno real y hackear los cajeros automáticos sin necesidad de tener acceso físico a su hardware. Así lo hizo el grupo criminal Carbanak: lograron hacerse con los ordenadores clave de las entidades financieras y enviaron comandos a los cajeros automáticos. Durante dos años, se hicieron con un botín de 1.000 millones de dólares.”
Por ello se aconseja a los fabricantes de los cajeros automáticos, así como a entidades financieras reconsiderar las medidas de protección de software y hardware, así como la creación de una infraestructura de red más segura. También se recomienda que bancos y fabricantes reaccionen con mayor rapidez ante las amenazas y a la hora de colaborar con las instituciones policiales y de seguridad.