Una de las marcas que ha vivido una de las peores crisis en torno a la percepción por parte de los consumidores es SeaWorld, una compañía de parques de diversiones que durante décadas atrajo a millones con sus espectáculos de ballenas asesinas. Te decimos cuatro lecciones que podemos aprender de este caso.
1. Un documental puede hacerte mucho daño
Gran parte de la espiral de fracaso que vive SeaWorld se debe a un documental llamado Blackfish, de CNN Films y disponible en Netflix. Cuenta la historia de una de las orcas de SeaWorld que estuvo involucrada en la muerte de tres personas, también es una dura crítica al sistema de captura, reproducción y mantenimiento de las ballenas asesinas en cautiverio. Cuando el documental se volvió popular las compañías Virgin America, Southwest Airlines, Taco Bell y otras, rompieron relaciones con SeaWorld.
2. Es difícil soportar la presión
En 2013 SeaWorld obtuvo ingresos por mil 460 millones de dólares, dos años después, tras las crisis de marca, la cifra fue de mil 370 millones. SeaWorld no sólo tiene como enemigos a las organizaciones que defienden a los animales. El gobierno del estado de California le puso condiciones para una posible expansión de su parque en San Diego: que diera fin a su programa de reproducción de orcas. Primero la compañía se negó pero al final tuvo que ceder.
3. La percepción de los consumidores puede cambiar en tu contra
SeaWorld comenzó en 1964 y durante décadas fue un gran atractivo turístico en sus distintas locaciones. Ir a SeaWorld era como ir a Disney, el show de las orcas era un gran atractivo para los niños de la generación X. Pero hoy los más jóvenes tienen una idea diferente sobre los animales en cautiverio. SeaWorld, al igual que los circos, se convirtieron en sinónimo de maltrato animal (aunque las condiciones fueran buenas) y la marca comenzó su declive.
4. El futuro es incierto para la marca
SeaWorld anunció hace unos días que dará por terminado sus programa de reproducción de orcas, esto días después de dio a conocer que la famosa ballena Tillikum está enferma y no responde al tratamiento. Lo anterior significa que los shows de ballenas asesinas llegarán a su fin en los próximos años y luego serán sólo un recuerdo. El reto para SeaWorld es transformar la imagen negativa que tiene la marca en algo positivo que atraiga a un nuevo tipo de consumidores, con un nuevo tipo de productos.