Hermès es una firma de lujo francesa, que en la primera mitad de 2015 generó un volumen de negocios por 2 mil 299 millones de euros.

Famosa por su exclusivo bolso Birkin (diseñado por la famosa cantante Jane Birkin) y polémica tras ser señalada por PETA, de adquirir pieles de cocodrilo en granjas africanas, donde estos son asesinados de manera cruel, ahora desfila en la pasarela del escándalo, por una demanda laboral lanzada por exempleados que acusan a la firma, de no cumplir con el pago correcto de sus comisiones de venta.

Especialistas en la marca como Michael Tonello, han criticado el hecho como un acto injusto, el que no se otorgue el pago por las comisiones, pues al tratarse de venta de productos con precios de 50 mil dólares, tienen el mismo derecho a las comisiones de quien vende una joya o automóvil de igual valor.

“Así es como yo lo veo (…) alguien que vende una pieza de joyería de 50 mil dólares o un coche (y) hace algunos dólares en la venta (…) ¿no debería también hacerlo, alguien que vende un bolso de mano de 50 mil dólares? Estoy muy seguro de que el margen de beneficio en el bolso de 50 mil dólares, es mucho más grande que en el coche de 50 mil dólares”, publicó en su cuenta de Facebook, el también autor del libro, Bringing home the Birkin bag.

Ante el silencio de la marca tras los señalamientos en su contra, Laurence Barton descubre en su obra, Crisis in Organizations, que la crisis no es ajena a las grandes organizaciones y casi cada una de ellas cuenta con un plan de manejo de crisis, para ser implementado en un momento dado.

Entre los vendedores afectados se encuentra Plaintiff Ewern Chaney, quien asegura que de 2012 a 2014 ha generado ganancias en ventas para Hermes, por 3.8 millones de dólares, de los cuales, solo obtuvo 60 mil dólares en comisiones, además de tener un salario de 19 dólares por hora.