Mientras la posesión de un teléfono inteligentes es una realidad para la gran mayoría de los habitantes de países como Corea del Sur, donde un 88 por ciento de sus habitantes tiene uno, en otros el coste de lo que implica tener uno de estos dispositivos no ayuda a su penetración.
Una reciente investigación del Pew Research Centder (febrero 2016) da cuenta de que los países con mayor cantidad de dueños de smartphones son, después de Corea del Sur (88 por ciento), Australia con 77 por ciento, Israel con 74 por ciento, Estados Unidos, con 72 por ciento y España con 71 por ciento.
Le siguen en este listado Reino Unido (68 por ciento), Canadá (67 por ciento), Chile y Malasia (65 por ciento), Alemania e Italia (60 por ciento), Turquía (59 por ciento), China (58 por ciento), los territorios palestinos (57 por ciento) y el Líbano (57 por ciento).
Estas cifras que son válidas para la población general, cuando se analizan para los millennials, (18 a 34 años) aumentan, indefectiblemente entre 20 y 25 puntos porcentuales en todos los países mencionados, lo que muestra la casi absoluta penetración entre los integrantes de las generaciones más jóvenes.
Sin embargo, en otros países tener un teléfono inteligente no es tan sencillo, pues los costes que implican, hacen a muchos imposible, hacerse con uno.
Y es que como se señala desde un estudio de la International Communications Union, mientras en las zonas más ricas del mundo, el coste de mantener uno de estos dispositivos equivale a menos del 1 por ciento de los ingresos mensuales en las regiones en desarrollo, la situación es muy diferente como puede verse en esta gráfica de Statista, que refleja que para los habitantes de países como Congo, Togo o Haití es muy cuesta arriba mantenerse conectado mediante esta vía.