Este viernes se estrenó y vi la película “Creed’, la séptima entrega de la saga “Rocky”, que narra la vida y fenómenos del boxeador más mediático de todos los tiempos. Actúa Sylvester Stallone, aunque en esta ocasión Rocky Balboa no es el boxeador que subirá al cuadrilátero como púgil, sino actúa como entrenador de Adonis Johnson Creed, hijo de Apollo Creed, personaje con el cual se enfrenta Rocky en su segunda película y al cual vence, convirtiéndose, tiempo después, el mismo Apollo en Coach de Rocky.

En esta película vemos a un Rocky ya en su tercera edad, alejado del mundano ruido del cuadrilátero, dispuesto a pasar la vida, como se dice popularmente, en “santa paz”. Sin embargo, se presenta de manera inesperada Adonis Johnson Creed, quien lo reta a ser su coach, ante una primera negativa de Rocky, a quien las imágenes del pasado y la vida tan pasiva que lleva, lo invitan a aceptar el reto de ser coach del joven pugilista, hijo de su gran amigo Apollo, quien además se refiere a Rocky como tío. Ambos enfrentan sus retos, Adonis con la posibilidad e ilusión de ser campeón mundial en su categoría de peso semicompleto y Rocky, su coach, además de salir de la vida sedentaria y de un cáncer que se presenta en el ínter de esta entretenida y aleccionadora película, motivo de estas reflexiones.

No existe la eterna juventud, ni el empleo de por vida

Muchos jóvenes ejecutivos (as) después de salir de la universidad, a los 25 años y generalmente hasta los 45 años (y así fuimos nosotros), no consideramos, ni valoramos, en esa fase de la vida, la importancia de tener un empleo y capacidad de trabajo. Yo diría que ese es el mejor momento, en todos sentidos, pero principalmente, para visualizar y prepararse para el futuro, que éste llega y llega más rápido de lo que se imaginan, que el destino no los alcance, sin estar preparados para esa etapa, que no los trabe la edad de los 50, 60 o 70 años con los dedos en la puerta, y además teniendo que tocar las puertas de los hijos y muchas veces hasta de los nietos, dando lástima, ya sea por cuestiones financieras o de manejo de nuestro tiempo. En otras palabras, no saber qué hacer, y de manera peor, no tener recursos para seguir viviendo en condiciones adecuadas.

Una prospectiva personal

Lo recomendable es hacer un ejercicio de prospectiva personal, partiendo de la edad de retiro, visualizada como un objetivo o como una determinación natural y buscando respuesta a las preguntas:

• ¿Se parecerá a lo que ha sido mi vida hasta el día de hoy?
• ¿O será algo totalmente diferente?

Hombres y mujeres en términos generales quieren y en otros casos deben mantenerse en actividad continua. Para muchos, el término “retiro” o “jubilación” simplemente ya no aplica. La expectativa de vida ha aumentado mientras que la edad será un obstáculo, a veces insuperable por los terribles paradigmas laborales del mundo de las organizaciones.

La planeación para el retiro en nuestros países hispanos

La planeación para el retiro en otras épocas consistía en pensar cómo pasar los pocos años que restaban. Hay cifras crecientes de personas retiradas, que están, no solamente aun trabajando, sino que están empezando actividades profesionales totalmente nuevas. Algunos lo hacen por dinero; otros simplemente porque desean tener una distracción, o algo interesante y significativo que hacer, que al final se convierten en actividades productivas, lo digo por experiencia propia como coach de empleo y de amigos.

En México, como en la mayoría de los países de la región y a nivel mundial con sistemas de seguridad social, los temas del envejecimiento de la población, alargamiento de la esperanza de vida, disminución en las tasas de natalidad y mortalidad (transición demográfica), hacen que los temas de pensiones, jubilaciones, retiro y salud sean una problemática muy importante y de gran impacto social.

Las dimensiones del acto de trabajar

Existen 5 Dimensiones al acto de Trabajar, por las cuales se explica por qué una persona que ha tenido el empleo como una fuente de vida tanto económica como psicológica, cuando deja de trabajar práctica y literalmente “se muere”.

Rocky y la importancia de ser decano

“¡Ay! Todo pasará: niñez risueña, juventud sonriente, edad viril que en el futuro sueña…” ― José Asunción Silva

En la película “Creed”, presenciamos escenas que nos permiten valorar la suma de la juventud con la experiencia de la edad y de la vida. Vemos cómo las vivencias de Rocky ayudan a Adonis, a acortar caminos, respetando la esencia de la persona.

Ayudan mucho las técnicas practicas guiadas por un coach, consejero, mentor, etc. Un entrenador especialista en el manejo de esa transición profesional y personal: el coach nos ayudará a identificar, cómo, cuándo, dónde, con quién, con qué hacer lo que deseo hacer, incluso romper paradigmas o falacias, que, en ocasiones, nos deforman la visión de varias cuestiones en nuestras vidas.

El coach nos ayudará a:

Identificar nuestros Intereses. Como a la gente hacer cosas que le interesan, los intereses son los factores más importantes al decidir qué hacer en el trabajo y la diversión. Hacer una lista de las cosas que más me interesan.

Identificar nuestras Habilidades. Las habilidades se logran con la práctica. En algunas ocasiones, la educación y el entretenimiento son importantes. El ejercitar y expandir las habilidades existentes es parte de todas las actividades de trabajo y de muchas actividades no relacionadas con el trabajo. Hacer una lista de todas las habilidades que posee y las que le gustaría desarrollar.

Identificar valores. Cuáles valores podrían ser importantes reforzar en nuestra vida; el sistema personal de valores es la base de las decisiones que uno toma en cuanto a vida y carrera.

Al envejecer, los adultos acumulamos experiencia de vida y los valores cambian a menudo. Si tienes: 35, 45 o 55 años, tus valores actuales pueden ser diferentes de lo que eran cuando tenías 25 años.

El poder del Coaching

El coaching no te crea ni te destruye solo te transforma; estamos convencidos de la necesidad de tener un proceso interactivo y transparente mediante el cual, el coach y la persona, o grupo implicados en dicho proceso busquen el camino más eficaz para alcanzar los objetivos fijados usando sus propios recursos y habilidades. Es tarea de nuestro coach, de nuestro Rocky, intercambiar conocimientos y experiencias para provocar preguntas que nos llevarán a resolver problemas o quiebres relacionados con nuestra persona y desarrollo.

El coach nos ayudará a identificar los valores a seleccionar para dimensionar la búsqueda de independencia, autonomía, poder y control, liderazgo/administración, experiencia técnica, estilo de vida, etc.

Lo más importante es empezar a trabajar desde hoy, esa metamorfosis inevitable, visualizando a nuestra pareja, familia, hijos, nietos, amigos, viuda social, salud, vida espiritual, etc. Nos hay que esperar a que el destino nos alcance para empezar a construir un futuro que hoy día ya nos alcanzó, para esto serás un privilegiado si te encuentras a tu Rocky, un sesentón dispuesto a dar para recibir en recompensa un hombre o una mujer cada día mejor, con un liderazgo de su propia vida.