Cuando creíamos que no podía haber nada peor que volar en clase turista, las aerolíneas nos vuelven a sorprender. “Last Class” (última clase) es el nombre con el que la industria está comenzando a llamar a esta nueva categoría de asientos para viajes aéreos. 

Según reportó la cadena USA Today, las grande aerolíneas mundiales están pensando continuamente en planes para hacer sus secciones “económicas” más “competitivas” ante el éxito de las aerolíneas de bajo costo. Como consecuencia, los asientos se están encogiendo, y cada vez hay menos servicios a bordo.

De hecho, algunas compañías estadounidenses como Delta y American Airlines ya han anunciado que introducirán tarifas “sin lujos” para sus vuelos a partir de 2016, esto implica que estas aerolíneas tradicionales ofrecerán un servicio absolutamente básico que implica no poder elegir el asiento, no ofrecer comida, o cobrar por el equipaje, tal y como lo hacen las aerolíneas de bajo costo.

Según USA Today, si bien las aerolíneas no han creado formalmente esta cuarta clase de asiento, ya le llaman “last class” informalmente, y en la práctica están comenzando a acomodar a los viajeros que compran las tarifas más baratas en una sola sección del avión.

Y es que mucha gente está dispuesta a pagar lo menos posible por un boleto porque piensa que puede tolerar el poco espacio para las piernas, los asientos que no se reclinan, comer algo antes del vuelo, llevar poco equipaje, abordar al último, etcétera. Pero las consecuencias de elegir este tipo de tarifas se sienten cuando hay algún tipo de contratiempo con el vuelo: retrasos, cancelaciones, o pérdidas de equipaje, entre otras posibilidades. Es aquí cuando realmente nos damos cuenta de que no sólo renunciamos a ciertas comodidades, sino al derecho a reclamar por un trato inhumano, o a contar con la compañía para que nos ayude a resolver un problema.

Cuando American Airlines anunció que introduciría su categoría “Basic economy”, explicó que la compañía separaría cada una de las partes de la experiencia de vuelo desde el embarque preferencial hasta el entretenimiento disponible en el vuelo, para cobrar cada una por separado.

American Airlines y Delta estarían tratando de competir con sus principales rivales: las aerolíneas low cost Spirit o Frontier en Estados Unidos, o Volaris en México.