El conflicto en Siria poco a poco va integrando nuevos factores que complican la situación en el Medio Oriente. Después de los atentados de París del pasado viernes 13 de noviembre, la guerra en Siria ha encontrado un nuevo eco en los medios de comunicación de todo el mundo. Diversas consecuencias se desprenden de esta situación, y esta mañana, el derribo de un avión ruso por parte de las fuerzas aéreas de Turquía mantienen al mundo a la expectativa de las nuevas consecuencias que esta ofensiva podría acarrear. Por lo pronto, una aerolínea ya ha cancelado sus vuelos a una región egipcia cercana.
EasyJet, aerolínea de bajo costo con sede en el Reino Unido, por recomendación del gobierno de ese país ha decidido cancelar todos sus vuelos a la región de Sharm al-Sheij, en Egipto. La prohibición para volar hasta y desde ese destino se extenderá al 6 de enero de 2016.
El pasado 31 de octubre un avión de la aerolínea rusa Metrojet explotó 22 minutos después de haber despegado del aeropuerto de Sharm al-Sheij. Tras los peritajes pertinentes, el presidente ruso Vladimir Putin informó que la explosión se debió a una bomba instalada en la cabina del avión. El ataque fue atribuido a una célula terrorista del Estado Islámico.
De continuar los ataques terroristas, así como las ofensivas militares como la que derribó un caza ruso por supuestamente haber violado el espacio aéreo de Turquía (versión que Rusia niega), las aerolíneas tendrán que continuar con prohibiciones o diversas consideraciones a la hora de cubrir rutas aéreas hacia la zona de conflicto, así como zonas aledañas.
Así mismo, la bomba instalada en el avión comercial ruso el pasado 31 de octubre viene a complicar la situación para aerolíneas, agencias de viajes, hoteles y aeropuertos, ya que el Estado Islámico burló la seguridad, lo cual podría mermar la confianza de los viajeros.