Si Francisco Villa o Emiliano Zapata vivieran hoy, probablemente se volverían a morir al ver lo que ha hecho la industria de la publicidad de algunos países con su legado 105 años después.
La Revolución Mexicana, uno de los conflictos políticos y sociales más importantes del siglo XX, logró generar una estética que ha sido transformada en el exterior en un estereotipo. La forma de vestir, de hablar, los peinados y la indumentaria revolucionaria fueron retomados por algunos publicistas que de forma poco atinada promocionaron sus productos.
Aquí te mostramos tres desafortunados ejemplos:
Hojuelas de maíz Frito Bandito. En el que se muestra a un personaje parecido a Pancho Villa o cualquier personaje típico de la Revolución Mexicana, con sombrero y carrilleras, muy representativo de la imagen que se tenía de nuestra cultura en Estados Unidos:
Tortillas Pancho Villa. Una empresa sudamericana que originalmente vendía pizzas comenzó a elaborar tortillas de harina “mexicanas”, y qué mejor nombre para la marca -pensaron sus creadores- que el del héroe mexicano.
Tomate Orlando. Otra caricatura de la cultura mexicana, esta vez de autoría española, en la que la estética de la Revolución se deformó en un estereotipo tras otro.