El alcalde de Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, Fernando Haddad, anunció el jueves que lanzaría una ley que impondría multas y decomisos de vehículos a los choferes de servicios de transporte de pasajeros no autorizados, una categoría que incluye a Uber, según informó el diario Folha de Sao Paulo. Al mismo tiempo, el alcalde prometió autorizar la circulación de 5 mil vehículos en una nueva categoría llamada “Black Taxis”, dando una salida a los conductores de Uber para trabajar de manera legal.
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Los “Black Taxis”, de acuerdo con la nueva norma, deben estar pintados de negro y tener no más de cinco años de antigüedad, además de estar disponibles para ser solicitados únicamente mediante la aplicación móvil. Los conductores también tendrían que pagar una licencia cuyo costo está sin determinar. “Vamos a incorporar la innovación sin perder el control”, dijo el alcalde.
Sin embargo, Uber rechazó la propuesta, afirmando en un comunicado que “no somos una compañía de taxis y por lo tanto no puede pertenecer a ninguna categoría de este tipo de servicio”.
El anuncio de Haddad, realizado en la sede de la alcaldía en el centro de Sao Paulo, fue seguido por centenares de taxistas, que en los últimos meses, al igual que en otras ciudades del mundo, incluyendo la Ciudad de México, se han opuesto a Uber.
“Estamos 70 por ciento satisfechos. Nuestro recelo es que Uber consiga entrar en espacio, no queremos a Uber de ninguna de las maneras”, dijo a la agencia EFE el taxista Alexandre Martinesse.
En los días previos al anuncio del alcalde, Uber publicó desplegados de doble página en dos de los periódicos de mayor circulación de Sao Paulo, en los que prometía crear tantos empleos como cinco nuevas armadoras de automóviles en Brasil.
Como en muchas otras ciudades, Uber ha estado operando en Sao Paulo bajo un vacío legal, pero el pasado septiembre, la Cámara Municipal de Sao Paulo prohibió el uso de la aplicación, siguiendo los pasos de Río de Janeiro.