El comercio electrónico no para de crecer a nivel mundial. Tanto en Europa como en América del Norte, este canal representa el 7 por ciento de las ventas totales y, aunque el porcentaje parece pequeño, los comerciantes están confiados en que sus beneficios vía e-commerce aumentarán en el próximo año. Notas relacionadas:

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De acuerdo con la Encuesta sobre Comercio Electrónico 2015, de Boston Retail Partners, el 85 por ciento de los comerciantes cree que las ventas a través de su tienda online crecerán durante 2016, y ninguno cree que disminuirán, lo cual refleja un sólido optimismo dentro de un sector en el que el 92 por ciento de los retailers cuentan con una tienda en internet.

“Los retailers se han dado cuenta de que la convergencia digital es ya un imperativo del sector”, señala el estudio.

Un gran porcentaje de los comerciantes encuestados, el 43 por ciento, declaró que su prioridad para los próximos 5 años es mejorar la experiencia del cliente a través de todos sus canales, y el 78 por ciento de ellos espera implementar una plataforma unificada de comercialización en el mismo lapso.

Otras prioridades de los retailers para el próximo lustro son ofrecer a sus clientes una variedad de opciones para envío y recepción de sus productos, así como métodos de pago. Los consumidores, a medida que pasa el tiempo, se sienten cada vez más cómodos haciendo compras con medios electrónicos, con PayPal como el mecanismo más aceptado (por encima de las tarjetas de crédito).

Por ello, la seguridad en las transacciones de pago son de vital importancia para que los comerciantes tengan la seguridad de que las compras se efectúen con la respectiva satisfacción del cliente, un aspecto que está constantemente bajo amenaza de ser vulnerado.

De acuerdo con la firma de seguridad para el comercio electrónico Trustev, los comercios de todo el mundo pierden hasta el 5 por ciento de sus ganancias ante el fraude electrónico, y se espera que en los próximos tres años este delito aumente un 106 por ciento solo en Estados Unidos. Esta amenaza ensombrece la percepción de los clientes sobre las marcas y tiendas, y está forzando al sector del retail a hacer mayores esfuerzos para proteger la seguridad de los datos personales de sus compradores.