Con más de mil kilómetros de vías, el sistema de metro de Nueva York es el más grande del mundo y acaba de hacerse un poco más grande. La nueva estación de su línea 7, en la Calle 34 está finalmente lista para dar servicio a más de 5 millones de personas diariamente. Su objetivo es conectar a la parte oeste de Manhattan -que actualmente vive un boom de la construcción y que alberga el popular parque elevado High Lline – con el resto de la ciudad.
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La obra, que comenzó a construirse en 2007, tuvo un costo de 2 mil 400 millones de dólares y se trata de la primera estación nueva que se construye en esa ciudad desde 1989. Actualmente la red consta de 24 líneas y 475 estaciones.
Con la inauguración de la estación, el alcalde neoyorquino Michael Bloomberg y la Autoridad Metropolitana de Tránsito (MTA por sus siglas en inglés) pretende contentar a los usuarios, que últimamente se han visto afectados por fallas de mantenimiento en varias líneas, y por más de dos años de retraso en la apertura de la nueva estación, lo que puso en riesgo la credibilidad de la MTA en un momento clave, pues las tarifas del servicio sufrieron un incremento sensible el pasado marzo, pasando de 2.50 a 2.75 dólares por viaje sencillo. Se trata del tercer aumento desde 2011.
Será hasta mayo de 2016 cuando se verá reflejado -o no- el descontento de los neoyorkinos. La MTA reportó en su encuesta de 2014 que la satisfacción de los usuarios alcanzó un 78 por ciento, su mayor porcentaje en cinco años.
Los sistemas de metro de las principales capitales del mundo son también un excelente oportunidad para el marketing subterráneo, y el metro de Nueva York no es la excepción. Con más de 5 millones de usuarios diarios, las principales marcas del mundo han utilizado sus espacios para anunciarse. La industria del teatro y del espectáculo, así como mensajes de servicio a la comunidad, también aprovechan el enorme escaparate que es el metro para comunicar ideas.