Santiago, Chile.- Ser lĂder no siempre significa tener las ideas más geniales  del mundo o ser “el que manda”. Un verdadero lĂder, ayuda a administrar las fuerzas del equipo, habla de frente y permite que los demás tambiĂ©n lo hagan, respetando las individualidades y recibiendo de buena forma los aportes. A ratos deja el ego fuera y tras escuchar, tiene la sabidurĂa de filtrar la informaciĂłn entregada para seleccionar lo mejor y utilizarlo en la ruta hacia el Ă©xito de la empresa. Eso, a grandes rasgos. Pero hay más. No siempre el lĂder es alguien a quien quieras seguir. Todo dependerá de si posees o desarrollas ciertas caracterĂsticas.
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SĂ© honest@, guarda secretos y genera confianza. Recuerda que trabajas con personas, no con máquinas y Ă©stas, por lo general están envueltas en sistemas con problemas personales. Genera confianza con tu equipo. InvĂtalos a que te cuenten quĂ© les preocupa en lo personal. Escucha, guarda sus secretos y si te lo piden, aconseja. Nunca traiciones es confianza.
Sé respetuos@ con todos, en especial con tu gente. Jamás los increpes o avergüences en público y si en cambio puedes ponderar su trabajo de vez en cuando, hazlo. No todos son perfectos en todas las áreas, pero casi todos pueden destacar en algo. Tu reconocimiento y tu respeto por su especialidad darán buenos frutos para él o ella, para ti y para la empresa.
Sé generos@. Si ves que tus subordinados son buenos trabajadores, intenta recompensarlos. Hay muchas formas, aparte del dinero. Puedes flexibilizar sus horas de trabajo, algún tipo de bono y beneficio. Puedes realizar reconocimientos en público, aunque sea de pasillo. Una jefatura o liderazgo generoso recibe lo mismo a cambio, en términos de lealtad y trabajo.
ComunĂcate desde el corazĂłn. ÂżMuy romántico e iluso? ¡Para nada! La gente responde al tono y al sentimiento. Expresar la pasiĂłn es siempre motivador para los demás. Por otra parte, cuando tengas que decir o comunicar cualquier tipo de informaciĂłn, hazlo con verdad absoluta y de manera directa. De esa forma evitarás el pelambre (chimento o especulaciĂłn maliciosa). Esto no significa que cuentes tu vida, sĂłlo que seas honesto con la situaciĂłn que estás comunicando.
Reconoce tus equivocaciones. Si te das cuenta que has cometido un error, no dudes en admitirlo. Este hecho, lejos de darte una imagen de debilidad, reforzará tu liderazgo. Siempre será motivador seguir a una persona capaz de pedir disculpas y reconocer un error.