Internacional.-. Uber es una de las marcas que en los últimos años ha estado en el ojo de huracán por la polémica que la regulación de su servicio ocasiona en diversos mercados en los que opera o ha querido ingresar. No obstante, un arma heredada por Barack Obama puede ser el fin de todos sus males.
Notas relacionadas:
Uber ahora podría salvar tu vida, literalmente
Uber, ahora con problemas en Nueva York
Uber se convierte en plataforma de marketing para otras marcas
En la actualidad, de acuerdo con la propia compañía, el servicio de traslados cuenta con 6 millones de usuarios ubicados en 277 ciudades en 58 países del mundo; sin embargo, la expansión de la marca se ha visto truncada ya que en muchas de estas localidades existen restricciones sobre el funcionamiento del servicio o bien su implementación ha sido totalmente bloqueado.
Sólo por hacer un recuento vale la pena mencionar que Uber está prohibido -de manera total o parcial- en 13 países grandes mercados como España, Portugal, Francia, Alemania, Holanda y Bélgica, así como algunas importantes ciudades de Estados Unidos como San Francisco o Nueva York, sólo por mencionar algunos, han ejercido acciones legales contra el servicio para limitar o, en su defecto, bloquear por completo sus funciones.
Sin embargo, esto podría cambiar en el futuro próximo gracias al personaje que firmó uno de los acontecimientos más importantes en la historia de Estados Unidos: llevar a la Casa Blanca al primer presidente afroamericano.
Hablamos de David Plouffe, quien fue el líder de la campaña política que llevó a Barack Obama a la presidencia de la nación americana además de gestar la estrategia de comunicación que significaría la reelección de dicho líder político.
Desde mediados del año pasado, Plouffe fue nombrado vicepresidente de políticas públicas y estrategia de Uber, nombramiento que trae un modelo de negocio distinto al que caracterizó a la empresa durante los primeros años de su existencia que combina un fortalecimiento de la imagen de la marca así como ajustes a sus políticas de funcionamiento que ya empiezan a dar resultados.
En un principio, Uber fue catalogado por muchos especialistas como el “rebelde de Silicon Valley” tanto por las polémicas relacionadas con temas de plagio, misoginia y violaciones a la privacidad, así como por la percepción de muchos especialistas sobre que su modelo de negocio tiene base en los “vacíos legales” de los mercados en los que opera -lo que provocaría una competencia desleal en el sector, frente a lo cual la postura de la marca no siempre ha sido bien vista.
Basta con ver las declaraciones hechas en diversas ocasiones por el CEO y fundador de Uber, Travis Kalanick, en donde sostiene que la expansión de su compañía no va a detenerse pese a los conflictos legales que enfrenta.
Esta postura fue traducida como una “declaración de guerra” a los gobiernos de muchos mercados y, en un segundo momento, al gremio de transportistas públicos, la cual se refuerza con el desdén que el directivo expresa por las autoridades: “Algunos empleados de los ayuntamientos son maravillosos, pero la mayoría son gente que no me inspira en lo absoluto. Me reúno con ellos lo menos posible”, declaró Kalnick en una entrevista.
Si bien Uber no tiene una crisis de imagen con los consumidores finales, si la tiene con los jugadores intermedios -autoridades y transportistas- lo cual ha sido una de las causas de su prohibición en muchos mercados.
Entre muchas de las razones de entrada de David Plouffe a la compañía tiene como fin alejar a la marca de ese concepto de imposición y rebeldía, y comienza a posicionarla como un recurso que a través de la cooperación con las autoridades puede ser un complemento que mejore los servicios de transporte en diversos mercados con una mayor flexibilidad en la posición que la empresa toma frente a cada marco normativo.
Los primeros pasos ya están dando resultado y se materializan en la aceptación de la regulación propuesta por la Ciudad de México en donde Uber tendrá que pagar impuestos y ajustar sus vehículos a lineamientos específicos. Caso similar sucedió en Nueva York en donde la polémica marca consiguió que las autoridades no limitarán por el momento el número de autos propiedad de la empresa, luego de aceptar la realización de un estudio sobre el impacto de estos vehículos en el medio ambiente y el tránsito de la ciudad más poblada de Estados Unidos.
El cambio de discurso que este estratega propone figura como uno de los ejes vitales para la compañía mejore su imagen no con los consumidores finales -por que no lo necesita- sino con aquellos otros protagonistas que pueden ser determinantes en su crecimiento a nivel internacional.