1.- No escuchar activamente
Sin duda este es el error mƔs frecuentes que todas las personas que se dedican a la venta suelen cometer. Y es precisamente esta habilidad la que nos va a permitir ofrecerle a nuestro cliente lo que realmente estƔ necesitando.
El proceso de escucha activa requiere de un acto de voluntad. No se lleva a cabo de forma automƔtica y en Ʃl deben participar todos nuestros sentidos.
Dice Peter Drucker,Ā afamado y prestigioso filĆ³sofo austriaco, que lo mĆ”s importante en cualquier acto de comunicaciĆ³n es āescuchar lo que no se diceā. Esta frase se traduce en la importancia que tiene prestar atenciĆ³n no sĆ³lo a lo que nuestro cliente estĆ” verbalizando, sino a lo que nos estĆ” transmitiendo a travĆ©s de sus gestos, de su tono de voz, de su mirada, de su sonrisaā¦
Todos sin excepciĆ³n somos expertos en comunicaciĆ³n no verbal y sin necesidad de ponerle nombre a lo que estamos āpercibiendoā, sĆ podemos intuir lo que nuestro cliente nos quiere comunicar. Debemos fiarnos de nuestra intuiciĆ³n. Ćsta no es mĆ”s que la manifestaciĆ³n del conocimiento inconsciente que todos poseemos ante un acto de comunicaciĆ³n humana.
2.- No āprospectarā con exactitud
La fase de prospecciĆ³n consiste en conseguir toda la informaciĆ³n posible sobre las necesidades que nuestro cliente tiene sin cubrir. Se trata de hacer preguntas que, en la disciplina del coaching llamamos āpoderosasā. Pueden ser preguntas abiertas o cerradas a travĆ©s de las cuales nuestros clientes nos darĆ”n toda la informaciĆ³n que necesitamos para enfocar la venta desde la perspectiva adecuada.
No es lo mismo estar delante de un cliente que ya dispone de un proveedor como nosotros y al cual deberemos convencer de que cambie de proveedor, a estar delante de un cliente que, a pesar de tener ya proveedor de nuestros servicios, estĆ” bastante descontento con Ć©l.
Averiguar esto en un proceso de venta es fundamental para establecer el enfoque de nuestros argumentos de venta.
3.- No mostrar interƩs real por nuestro cliente y no hacerle sentir importante
AtrĆ”s quedĆ³ la Ć©poca en la que los clientes disponĆan de pocas opciones a la hora de elegir un producto. La inmensa oferta de un mismo producto o servicio que el mercado ofrece hoy, exige, entre otras muchas cosas, hacer sentir importante a nuestro cliente. Ya lo decĆa Dale Carnegie; no hay nada como hacer sentir importante a alguien para que contemos con su predisposiciĆ³n y su colaboraciĆ³n.
No confundamos el hacer sentir importante a alguien con tener que adularle o tener que decirle sĆ³lo aquello que sabemos le va a gustar escuchar. Hacer sentir importante a alguien es lograr transmitirle que realmente nos importa y que realmente estamos dispuestos a ayudarle a cubrir su necesidad.
Algunos indicios que pueden lograr hacer sentir importante a alguien es el referirnos a Ć©l por su nombre o el escucharle de forma activa.
Mostrar interĆ©s real por alguien exige desarrollar la capacidad de empatĆa; que es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y desear realmente poder ayudarle desde nuestra posiciĆ³n no solo de vendedor o de comercial , sino desde nuestra condiciĆ³n de persona que lleva a cabo su trabajo de forma profesional, respetuosa y efectiva.
4.- No confirmar que realmente le hemos escuchado
Es muy comĆŗn dar por hecho que hemos entendido perfectamente lo que nuestro cliente estĆ” tratando de decirnos. No hay peor error que dar por sentado algo en un proceso de venta sin reconfirmar que , efectivamente, lo que nuestro cliente nos ha pedido o nos ha contado es exactamente lo mismo que nosotros hemos entendido.
La herramienta perfecta para llevar a cabo este proceso es la reformulaciĆ³n; un sencillo proceso a travĆ©s del cual confirmaremos con nuestro cliente que lo que ha querido decir es exactamente lo que nosotros hemos entendido.
Un ejemplo de reformulaciĆ³n serĆa este: āĀæEntonces, lo que usted me ha querido decir es que, en estos momentos, su verdadera necesidad es lograr consolidar sus procesos de venta, mĆ”s que el hecho de aumentar las mismas?.ā.
De esta forma evitaremos malos entendidos y podremos focalizar nuestros argumentos a la necesidad real y exacta que tiene nuestro cliente.