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@GFCam
Cuando uno ve las cifras de los negocios digitales y la transformación de nuestra forma de ser consumidores, de hacer marketing y casi de existir, se evidencia quienes somos. El mundo digital nos ha adelatado. Ciertamente. Allí somos más que nunca una cifra: el internauta número 12 millones 987 mil 678, el clic número 23 mil 980, el perfil 765 millones 098 mil 452, etc. Y al ser así, tras el velo del anonimato, escondemos lo que de verdad nos interesa.
En ese sentido, la vida digital evidencia cada día más para donde vamos, qué queremos, cómo y quiénes somos. En todos los sentidos. Me refiero al marketing del sexo, el amor y la infidelidad. Bueno, del sexo y el amor; la fidelidad que sea problema de cada cual. ¿Qué es finalmente la infidelidad? Habría tantos significados del término como romances en este mundo.
Para ligar, sobran las plataformas: POF, citaperfecta, mexicancupid, Match, Tinder, Grinder, etc. Pero yo en este caso estoy hablando de otras alternativas que como Ashley Madison invitan directamente a dar el paso para tener una aventura. Van dirigidas especialmente a gente comprometida o con pareja, que quiera otras experiencias. Eso venden: aventuras. Venden que las mujeres con pareja se echen una canita al aire, así decimos en Colombia.
Y cada cual.
Lo que me impacta son las cifras… Ashley Madison ha sido tan rentable que ahora cotiza en la Bolsa de Londres. Eso deja claro la oportunidad de mercado que hay en el área de los encuentros casuales. Este portal crece y crece. Hoy tiene 36 millones de miembros en 46 países en América Latina. Uff, ¿36 millones de miembros? Eso sí que habla de nosotros…
Y eso que es el segundo sitio web pago de citas, el primero es Match.com.
La verdad es que los ceros en esos número me tienen con la boca abierta. El año pasado, AshleyMadison tuvo ventas por cerca de 115 millones de dólares, casi cuatro veces lo que obtuvo en 2009, por poner un ejemplo. El dinero que gana el sitio se basa en los créditos que cobran a los hombres que buscan que les presenten mujeres. Y México no se queda atrás: es el sexto mercado más grande para Ashley y el segundo entre los países latinoamericanos.
Mi reflexión va a que probablemente el anonimato que nos ofrece Internet sea la clave para quitarnos los tabúes y rótulos que tanto nos restringen en la vida. Pero me pregunto, el dejar de ser fulano para ser un código y un teclado más, eso sí siempre con la mejor foto, ¿nos hace libres? Entonces, ¿más bien le agradecemos a esas aplicaciones que estén iniciando la decadencia de la monogamia?
Tienen mucho trabajo los sociólogos del futuro.