Esta semana tuve una reunión muy gratificante en todos los sentidos, excelente comida, lindo lugar y buena charla. Conversábamos de cómo la gente acostumbra a llevar su vida complaciendo a las personas y de cómo lo llevan a la vida profesional. El problema es que hacerlo no solo afecta su desempeño sino el de todas las personas con las que colaboran.
En las agencias, creemos que procurar, apapachar, complacer y vivir por los clientes lo es todo, al punto de siempre decirles que sí a todo o casi todo. Nos da miedo perder una cuenta o que nos despidan por ese atropello; pero díganme, ¿a cuántas personas conocen que por haber dicho que no a un cliente, hoy ya no tienen trabajo?
No estoy diciendo que eso signifique que debemos de cambiar nuestro rol con los clientes y ahora ser los malos del cuento pero debemos de ser más estratégicos al atenderlo. De no ser así, podemos perderlo, generar una mala reputación de la agencia y de ustedes mismos. Recuerden que el mundo es muy pequeño.
A lo mejor se preguntan en qué afecta esto si al final el cliente está contento y eso es lo que importa. Pues lamento decirles que sí afecta y mucho. A lo mejor a corto plazo es algo que funciona pero a la larga, se vuelve un problema y se tiene que solucionar de golpe.
Algunos de los problemas más comunes son:
– Tristemente, el área creativa siempre será la más afectada. Tiene que trabajar doble y más rápido lo que provocará que el equipo empiece a sentir un rechazo por el cliente. Por lo tanto, trabajarán mal y a las carreras la cuenta y el entregable no tendrá la dedicación que merece.
Se generará una cadena de errores porque al tener a todo el equipo sacando urgencias, el trabajo que iba en tiempo saldrá mal. A lo mejor tuviste un cliente satisfecho pero a dos o más molestos.
Recuerda que el cliente se acostumbra muy rápido, si siempre es un sí seguramente cuando le digas que no tendrás un problema. Mejor desde el principio hazle saber que todo lleva su debido tiempo y dedicación.
Cuando presentamos una nueva campaña, comienzan las rondas de los cambios a petición del cliente. El entregable final seguramente será un Frankeistein que no cumplirá con los objetivos, debemos de defender lo que hacemos, para eso nos paga.
En ocasiones, el cliente te pide lo que quiere hacer y nuestro error es no analizarlo sino solo aterrizar sus ideas y preparar los entregables pero, ¿esto en realidad tendrá resultados? Todo debe de llevar un brief para tener fines estratégicos y con objetivos claros.
En conclusión, nosotros debemos de ser un guía para el cliente, llevarlo siempre de la mano. Créanme, esto le dará más seguridad y nos hará la vida más fácil. No digo que siempre debemos de decirle que no o hacer lo que nosotros queramos; debemos trabajar en equipo porque así el trabajo de ambos luce y va bien sustentado, pero lo importante es que cumplirá los objetivos de la marca.
No olviden que todo es posible en la medida que tú creas que es posible.
Síganme y escríbanme a @lunadiego, nos estamos leyendo ¡hasta la próxima semana lectores!