Santiago, Chile.- Hoy me tocó entrevistar a una comunicadora para la empresa en la que trabajo y noté varios errores que me hicieron dejarla “pre seleccionada”, en vez de aceptarla de inmediato, a pesar de su buen currículum. Sucede que el ambiente en el mundo está cada vez más relajado. Sin embargo, a pesar de la falta de convenciones- en algunas industrias más que en otras-, una entrevista de trabajo sigue siendo una instancia formal. Y si bien hay acciones que son instintivas y forman parte de nuestras actitudes diarias, resulta fundamental estar conscientes de ellas para evitarlas. Pero no se trata de mentir, sino de cuidar un poco esa “primera impresión” tan importante.
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Nunca uses gafas. Bien, estábamos en la terraza y el sol molestaba un poco, pero el contacto visual se perdió de inmediato – y con él la veracidad que la mirada tiene- apenas la chica se instaló las gafas de sol. Si fuese imprescindible, porque tienes algún problema ocular, es preciso explicar el problema y pedir las disculpas pertinentes.
Demostrar poco conocimiento de cómo funciona la empresa. Es bueno traer ideas y planteamientos que indiquen que eres una persona con iniciativa y ganas de aportar. Pero para que ésto tenga real validez, debes haber investigado si la compañía en cuestión ya ha realizado tareas similares, si ha tenido éxito en ellas y si está dispuesta a hacer cambios. De no ser así, puedes dar la impresión de que no valoras todo lo que se ha hecho antes de tu postulación.
Nunca hables de tus debilidades. Le preguntamos a nuestra candidata cuál era su mayor fortaleza y cuál era su mayor debilidad. La respuesta fue honesta (punto a favor), pero insistió en que estaba manejando el tema del desorden (punto en contra). La pregunta sobre debilidades es algo capciosa y es necesario dar una respuesta que pueda ser tomada en sentido positivo, como por ejemplo “soy trabajólica”.
No te alargues demasiado en las respuestas. A veces, menos es más. Ser concreto es una virtud. Es preferible esperar a la siguiente pregunta, a que el entrevistador te interrumpa para seguir adelante. Sé amable, no seas cortante, pero responde lo justo y no te vayas por las ramas. La ansiedad evidente suele ser molesta para el interlocutor.
No te cruces de brazos. De más está decir que cruzarse de brazos (aunque todas las fotos de ejecutivos los muestran en esa postura) es una actitud cerrada, defensiva, que genera poca confianza. Los brazos abiertos y las palmas a la vista, en cambio, son señales de honestidad en el lenguaje no verbal.
Finalmente, nunca, pero nunca hables mal de tus empleadores antiguos, ni de sus temas confidenciales. Aunque hayas pasado un mal momento, hayas vivido una injusticia o sencillamente los odies, no se te ocurra hablar mal de ellos. Si eres capaz de descuerarlos y/o comentar cosas confidenciales, también podrías hacerlo el día de mañana con la empresa a la que estás postulando.