Considero que cualquier ataque terrorista que exista en el mundo debe ser seriamente condenado y mucho más cuando existen pérdidas de seres vivos que no tienen por qué pagar las consecuencias derivadas de otra índole.
Sin embargo, pasando al ámbito de la mercadotecnia del terrorismo, debemos señalar que las campañas de terror que hacen grupos como Al Qaeda, a través de sus ataques, de los diferentes medios de comunicación tradicionales, así como de internet y de las diversas redes sociales, están cumpliendo los objetivos primordiales de una campaña de mercadotecnia, que es la de promover un producto, hacer que se vea, que el consumidor sepa que exista y seguramente los grupos terroristas tienen gente especializada en mercadotecnia que les está asesorando para que sus campañas sean exitosas.
Pero todavía peor, los medios de comunicación han sido los mejores promotores de las campañas de mercadotecnia del terrorismo y han sido también, de los más beneficiados en cuanto a ingresos se refiere, porque se han encargado de hacer una cobertura exagerada de los ataques que se han llevado a cabo, como los del 11 de septiembre de 2001, donde los ratings de los medios de comunicación se fueron a las nubes al ofrecer una amplia cobertura de los hechos ocurridos y a la vez obteniendo ganancias multimillonarias al mantener al consumidor pegado a una televisión, a internet o a un radio, contribuyendo así a lo que los terroristas quieren, que es difundir miedo por todo el mundo, creando una psicosis social por todos lados.
Otro caso reciente donde la mercadotecnia del terrorismo ha funcionado a placer, es con los ataques que dejaron doce muertos en las instalaciones de la revista francesa “Charlie Hebdo”, pues de nuevo todos los medios de comunicación le hicieron el caldo gordo a la campaña de terrorismo promovida por Al Qaeda, debido a que nuevamente hicieron una cobertura digna de una película de Hollywood contribuyendo al objetivo principal del terrorismo, que es el de hacer llegar su mensaje de manera insistente y consistente sobre los consumidores y al mismo tiempo beneficiándose de manera directa al incrementar sus niveles de audiencia al explotar al máximo los hechos ocurridos.
De manera colateral y aprovechando el boom de los acontecimientos, la revista Charlie Hebdo, se vio beneficiada, debido a que su marca fue conocida en todo el planeta y los ingresos que obtuvo derivados de la venta de revistas al incrementar de manera importante su tiraje en Francia y en otros países, no los hubiera tenido si no hubieran ocurrido los hechos tan lamentables. Ahora con estos acontecimientos se convertirá en una marca bien posicionada que le permitirá generar mayores ingresos y una permanencia más larga a la que seguramente tenían contemplada.
La pregunta que debemos hacernos es si habrá alguna manera de detener las campañas de mercadotecnia del terrorismo, si al final, cuentan con herramientas que les permiten promover su producto principal, que es el miedo, a través de emisoras de radio, de televisión, de prensa escrita, pero principalmente a través de internet y de las diversas redes sociales que existen en la actualidad, porque desde estos medios pueden hacer sus campañas de lanzamiento de nuevos mensajes de intimidación, reclutar gente, tener más seguidores, conseguir ingresos para fortalecer sus finanzas y para planear nuevos ataques.
