La inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa futurista, sino una realidad palpable que está transformando la manera en que las empresas y organizaciones gestionan su comunicación con el mundo. En el terreno de las relaciones públicas (RP), esta revolución es especialmente evidente.
En mi experiencia he visto como México no ha sido ajeno a esta transformación, y tanto agencias como corporativos están adoptando herramientas de IA para optimizar procesos, mejorar la segmentación y tomar decisiones más informadas. Sin embargo, este cambio también viene acompañado de desafíos éticos y estratégicos que no pueden ignorarse.
Automatización con propósito
En México, el 46% de las empresas que gestionan la reputación en línea ya utilizan IA, de acuerdo con un estudio realizado por Capterra en noviembre de 2023. Además, otro 46% planea implementarla en el futuro cercano, lo que demuestra una clara tendencia hacia la digitalización de las RP.
Herramientas como Meltwater, Muck Rack y Knewin ya están siendo usadas para tareas como la redacción automática de comunicados, el monitoreo de medios y el análisis de tendencias. Por ejemplo, agencias de comunicación en la Ciudad de México han integrado IA para analizar en tiempo real el sentimiento de las audiencias en redes sociales, lo que permite ajustar el discurso antes de que una crisis escale.
Personalización sin precedentes
La IA ha llevado la personalización al siguiente nivel. Campañas que antes se dirigían a grandes audiencias de forma genérica, ahora pueden hablarle a cada usuario casi de manera individual. En el ámbito de la moda, marcas mexicanas como C&A y Liverpool han utilizado IA para adaptar mensajes publicitarios y contenidos de prensa con base en datos de comportamiento en línea.
Esto no solo mejora la efectividad del mensaje, sino que también reduce los costos operativos al automatizar procesos que antes requerían mucho tiempo y capital humano.
El lado oscuro: ética y desinformación
No todo es eficiencia y crecimiento. El uso de IA también ha traído desafíos importantes. En octubre de 2024, la senadora mexicana Andrea Chávez fue víctima de una imagen falsa generada con IA, lo que generó una discusión nacional sobre la urgente necesidad de regular el uso de estas tecnologías para evitar la violencia digital.
Además, el uso de bots y generadores de contenido plantea dudas sobre la autenticidad en la comunicación corporativa. ¿Cómo puede una marca construir confianza si el mensaje que transmite fue escrito por una máquina?
¿Aliada o amenaza?
La IA no es ni buena ni mala por sí misma. Su impacto depende de cómo se use. Para las relaciones públicas, representa una herramienta con potencial extraordinario para mejorar la eficiencia, la personalización y la toma de decisiones. Pero también exige una reflexión ética profunda, nuevas regulaciones y capacitación constante para quienes la implementan.
México se encuentra en una posición estratégica para liderar esta conversación en América Latina. La clave estará en cómo equilibramos la innovación con la responsabilidad, para que la voz humana, con todo su contexto y sensibilidad, no se pierda en medio del código.