Es muy comĆŗn que en las redes sociales se pueda filtrar informaciĆ³n que pudiese resultar muy sensible o crĆtica para algĆŗn funcionario, empresa o inclusive gobierno.
Las redes sociales pueden ser vĆas que contribuyan a ello, aunque recientemente se han desarrollado candados e encriptaciones a fin de que dicha informaciĆ³n solo este disponible para quienes estĆ” destinada, actualmente existen herramientas en varias plataformas digitales donde podemos poner candados para controlar la privacidad o seguridad de nuestra informaciĆ³n.
Pero que sucede cuando la filtraciĆ³n de informaciĆ³n sensible es gracias a un error humano o pudiese ser intencional.
Hace unas semanas para ser precisos en marzo de este aƱo, se produjo una filtraciĆ³n significativa que involucrĆ³ a altos funcionarios de la administraciĆ³n Trump.
Accidentalmente incluyeron a Jeffrey Goldberg, editor en jefe de The Atlantic, en un chat grupal de la plataforma de mensajes instantĆ”neos Signal que, mostraba operaciones militares clasificadas contra militantes hutĆes en Yemen.
Este chat contenĆa detalles confidenciales, como planes de ataque, tipos de aviones y misiles, e incluso el nombre de un oficial encubierto de la CIA.
MĆ”s tarde, Goldberg publicĆ³ una transcripciĆ³n parcialmente redactada, que planteaba preocupaciones sobre las prĆ”cticas de seguridad nacional y el uso de Signal para las comunicaciones gubernamentales.
El incidente, denominado “Signalgate”, desatĆ³ debates sobre la seguridad de la informaciĆ³n, la responsabilidad y el cumplimiento de las leyes de preservaciĆ³n de registros.
DestacĆ³ las vulnerabilidades en el uso de plataformas no certificadas para discusiones delicadas. Ā”Lo que ha desatado todo un escĆ”ndalo!
Esta filtraciĆ³n de informaciĆ³n confidencial del chat de Signal que involucra a funcionarios de la actual administraciĆ³n de Donald Trump, ha tenido consecuencias muy importantes como los riesgos para la seguridad nacional, la exposiciĆ³n de planes militares clasificados, incluidos detalles sobre ataques aĆ©reos y operaciones encubiertas, ha generado preocupaciones sobre la seguridad de las tropas y los activos de inteligencia de Estados Unidos.
Los adversarios podrĆan explotar esta informaciĆ³n para contrarrestar las estrategias de los Estados Unidos.
Los aliados han cuestionado la capacidad de Estados Unidos para salvaguardar informaciĆ³n confidencial, lo que podrĆa tensar las colaboraciones militares y diplomĆ”ticas.
El incidente ha provocado un intenso escrutinio de las prĆ”cticas de comunicaciĆ³n de la administraciĆ³n Trump. Los crĆticos han pedido renuncias e investigaciones sobre el mal manejo de informaciĆ³n clasificada.
El uso de plataformas no seguras como Signal para discutir asuntos clasificados ha puesto de manifiesto vulnerabilidades en los protocolos de comunicaciĆ³n gubernamentales.
Esto ha dado lugar a llamamientos en favor de regulaciones mĆ”s estrictas y una mejor formaciĆ³n de los funcionarios. La filtraciĆ³n ha alimentado los debates sobre la rendiciĆ³n de cuentas y la transparencia en el gobierno, y muchos cuestionan la idoneidad de las salvaguardias actuales.
El problema no estaba en Signal en sĆ, que sigue siendo una plataforma altamente segura con cifrado de extremo a extremo. El problema surgiĆ³ de un error humano, especĆficamente, un alto funcionario agregĆ³ accidentalmente a un periodista a un chat grupal que discutĆa planes militares delicados.
Esto pone de manifiesto cĆ³mo incluso las herramientas mĆ”s seguras pueden verse comprometidas por un mal uso o por fallos en el protocolo. Es un duro recordatorio de que la tecnologĆa es tan efectiva como las personas que la usan.
Recodemos eventos como el servidor del correo electrĆ³nico de Hillary Clinton en 2016, cuando utilizĆ³ un servidor privado para las comunicaciones oficiales, que incluĆan informaciĆ³n clasificada. Esto generĆ³ preocupaciones sobre la seguridad nacional y el cumplimiento de las leyes federales de mantenimiento de registros.
Las revelaciones de la NSA (National Security Agency) de Edward Snowden en 2013, aunque no fue accidental, Snowden filtrĆ³ documentos clasificados que revelan programas de vigilancia global dirigidos por la NSA. Esto expuso informaciĆ³n confidencial y desatĆ³ debates sobre la privacidad y la extralimitaciĆ³n del gobierno.
Estos incidentes ponen de manifiesto la importancia de contar con protocolos de seguridad sĆ³lidos y los riesgos que plantean los errores humanos o la negligencia, pero ĀæcĆ³mo atacar este tipo de filtraciones que se convierten en crisis y escĆ”ndalos?
Ante todo debemos reconocer el problema con prontitud, abordando la fuga lo antes posible, para evitar que se propague informaciĆ³n errĆ³nea. Debemos ser transparentes sobre lo que sucediĆ³, evitando compartir detalles adicionales, cuestiĆ³n que en el caso del āSignal Gateā no se hizo, sino que se negĆ³ o se evadiĆ³.
Debemos evaluar el daƱo que ha causado dicha filtraciĆ³n de informaciĆ³n. ĀæQuĆ© informaciĆ³n quedĆ³ expuesta? ĀæA quiĆ©n afecta? ĀæCuĆ”les son las posibles consecuencias? Esto contribuirĆ” a priorizar las acciones y adaptar la respuesta.
Es importante controlar la narrativa, emitiendo mensajes claros, consistentes y convincentes al pĆŗblico o a las partes interesadas. Debemos evitar la especulaciĆ³n o el cambio de culpas, ya que puede empeorar la situaciĆ³n. Esto puede ser a travĆ©s de comunicados de prensa, redes sociales o declaraciones oficiales de los voceros de la instituciĆ³n o empresa.
Si claramente la responsabilidad es nuestra, tenemos que aceptarla. Este tipo de reacciones conllevan una mayor credibilidad y confianza de los stakeholders hacia la marca o la instituciĆ³n que representamos, asumiendo la responsabilidad cuando corresponda y describir las medidas inmediatas que se estĆ”n tomando para abordar el problema.
Si es necesario, emitamos una disculpa sincera para reconstruir la confianza.
Debe existir una comunicaciĆ³n con las con las partes afectadas, como empleados, clientes o socios, para tranquilizarlos y proporcionarles actualizaciones, manteniendo abiertas las lĆneas de comunicaciĆ³n para abordar las inquietudes.
Es importante reforzar las medidas de seguridad, para prevenir futuras filtraciones, como mejorar los protocolos de ciberseguridad o capacitar a los empleados en el manejo de datos. Esto demuestra un compromiso de aprender del incidente.
En cualquier tipo de crisis es vital monitorear la reacciĆ³n del pĆŗblico, una forma de medirlo es el bien conocido āsentiment reportā, el cual nos muestra si la narrativa que hemos diseƱado esta permeando en las audiencias clave o estĆ” siendo rechazado o criticado. Ā Hay que estar preparado para abordar preguntas o inquietudes de seguimiento.
Adicionalmente hay que considerar las implicaciones legales y Ć©ticas, consultando a expertos legales para garantizar el cumplimiento de las regulaciones y asĆ manejar cualquier posible demanda o investigaciĆ³n.
El manejo consistente de los estƔndares Ʃticos sin duda contribuirƔ a mantener la credibilidad y la confianza de nuestras audiencias clave.
Hay muchos casos que desafortunadamente se han dado en empresas internacionales como Fedex, Target, Yahoo, Facebook, Sony Pictures, entro otras donde se expone no solo informaciĆ³n, sino bases de datos de millones de usuarios que estĆ”n expuestas.
Estos ejemplos subrayan cĆ³mo la filtraciĆ³n de informaciĆ³n no solo puede tener consecuencias de reputaciĆ³n, sino financierasĀ que puede erosionar la confianza de los consumidores que para recuperarla, lleva mucho tiempo.