- Campari está cambiando su estrategia debido a los aranceles de EE.UU., priorizando la reducción de deuda y el fortalecimiento de marcas clave.
- La empresa pausará nuevas fusiones y adquisiciones para enfocarse en optimizar su portafolio actual.
- Campari evalúa expandir la producción en EE.UU. para mitigar el impacto de los aranceles sin comprometer la esencia de sus marcas.
El gigante italiano de bebidas espirituosas, Campari, está reajustando su estrategia corporativa ante los vientos de cambio que soplan en el comercio internacional.
La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos está obligando a la empresa a replantear su hoja de ruta, priorizando la reducción de deudas y el fortalecimiento de sus marcas clave.
Este movimiento estratégico marca una pausa importante en la política de adquisiciones que había caracterizado a Campari, donde se aspiraba a que el 50% del crecimiento proviniera de este tipo de operaciones.
Un nuevo enfoque en Campari
El nuevo CEO de Campari, Simon Hunt, dijo que la principal razón detrás de este cambio es la necesidad de disminuir la deuda de la compañía, que a finales del año pasado se situaba en 3.2 veces el beneficio básico del grupo.
“Para los próximos años, las prioridades son ‘desapalancarnos’, enfocarnos en nuestra cartera principal y optimizar las marcas que ya hemos adquirido”, afirmó Hunt.
La decisión implica una detención temporal de nuevas fusiones y adquisiciones, priorizando la consolidación.
La última gran adquisición de Campari fue la compra de la casa de coñac Courvoisier por 1.200 millones de dólares, completada el año pasado. Te lo contamos en Merca2.0.
Ahora, la empresa se encuentra en un proceso de evaluación para determinar qué marcas podrían ser vendidas y cuáles tienen el potencial de expandirse a nuevos mercados.
Aquellas marcas que se concentran en un solo mercado son las que tienen más posibilidades de ser desinvertidas.
Estrategias de marketing en tiempos de incertidumbre
Ante la amenaza de los aranceles estadounidenses, Campari está explorando diversas estrategias para mitigar su impacto.
Una de ellas es la posibilidad de expandir su producción en Estados Unidos, buscando un equilibrio entre respetar la herencia de sus marcas y adaptarse a las nuevas condiciones del mercado.
“Siempre hay un equilibrio entre respetar nuestra herencia y ver cómo ha cambiado el entorno… ¿Cuál es la mejor manera para nosotros de hacerlos llegar (a los consumidores estadounidenses) al precio adecuado, con la calidad adecuada?”, explicó Hunt.
Este enfoque plantea preguntas importantes para las marcas en la era de la guerra comercial. ¿Cómo mantener la esencia de una marca global en un contexto de fragmentación económica? ¿Cómo ajustar los precios sin sacrificar la percepción de valor? ¿Es el momento de apostar por la producción local, aunque esto implique renunciar a ciertos elementos de la identidad original?
Estas son algunas de las interrogantes que Campari y otras empresas del sector deberán responder en los próximos meses.
Adaptación al nuevo panorama comercial
La situación actual exige que las empresas sean más ágiles y adaptables. No basta con tener un portafolio de marcas sólido; es necesario contar con una estrategia flexible que permita ajustarse a los cambios en el entorno.
La innovación en la cadena de suministro, la diversificación de mercados y la inversión en tecnología son elementos clave para construir resiliencia en un mundo cada vez más incierto.
Para los profesionales del marketing y la publicidad, este escenario representa un llamado a la creatividad y la eficiencia. Es hora de buscar nuevas formas de conectar con los consumidores, de construir lealtad de marca y de generar valor en un contexto de restricciones presupuestarias y presiones competitivas.
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