Puede parecer un término sobre utilizado, ya que se puede aplicar a casi a lo que sea: convertir un mensaje o contenido en una “historia”. Sin embargo, la idea central del storytelling (estructurar y compartir una narrativa con significado) sigue siendo central y valiosa en muchas disciplinas.
En consecuencia, la palabra en sí está un poco desgastada. Pero el verdadero significado (y poder) del storytelling no es menos potente. Una base de neurociencia muestra cómo esta tradición ancestral de contar historias involucra a nuestro cerebro de maneras únicas.
Y eso es algo que se puede usar en el ámbito laboral, ya sea por un líder que intenta inspirar a su equipo o que simplemente se esté tratando de construir relaciones más sólidas con los compañeros de trabajo, contar una buena historia en el momento adecuado puede marcar una gran diferencia.
Contar historias en el trabajo no tiene por qué ser algo llamativo o sofisticado, pero bien planteado, puede darle un verdadero impulso a las habilidades de liderazgo o a enriquecer las charlas informales.
Una investigación neurológica de Paul Zak, profesor de la Claremont Graduate University, muestra que suceden tres cosas en nuestro cerebro cuando escuchamos una historia: Primero, se libera cortisol, que activa nuestra atención; luego, aparece la oxitocina, una sustancia química social, que nos hace empatizar con el narrador; y, por último, llega la dopamina, la sustancia química del
bienestar, cuando completamos el arco emocional de una historia, lo que nos recompensa por nuestra atención.
Este cóctel químico crea una auténtica magia para nuestra especie. Es la razón por la que los humanos hemos recurrido a la narración durante milenios para conectarnos, intercambiar ideas y motivarnos unos a otros, mucho antes de que tuviéramos la neurociencia para explicarlo.
La narración de historias tiene muchas aplicaciones en el trabajo, sin importar en qué nivel organigrama. No se necesita ninguna técnica nueva y sofisticada para aprovechar la narración de historias en el trabajo. Los humanos somos narradores por naturaleza. Piense cómo contarías una historia mientras comes con un amigo.
El storytelling en el ámbito laboral puede mejorar la comunicación a través de narrativas claras y emotivas, que logran que los mensajes se vuelven más memorables y fáciles de entender. Las historias permiten contextualizar información compleja de manera que los empleados puedan relacionarse
emocionalmente con el contenido. Al usar ejemplos reales o casos de éxito, se pueden ilustrar valores corporativos, objetivos estratégicos y la visión organizacional, lo que facilita que todos los miembros se alineen con los mismos fines.
Además, el storytelling puede fortalecer la conexión entre los diferentes niveles jerárquicos de la empresa. Los líderes pueden utilizarlo para compartir visiones, inspirar y motivar a los equipos, mostrando el impacto de su trabajo dentro de una narrativa más amplia.
De igual manera, los empleados pueden usarlo para expresar sus experiencias, desafíos y logros, creando un entorno más abierto y colaborativo. Esta forma de comunicación fomenta una cultura organizacional más inclusiva y transparente, donde todos se sienten escuchados y valorados, lo que potencia la cooperación y el sentido de pertenencia.
Independientemente de cómo se decida utilizar, hay que recordar que contar historias es una inclinación profundamente humana. Es una de las formas más eficaces de compartir información, motivar a otros, crear conexiones o impulsar cambios más amplios.
