Durante décadas, la oncología ha centrado su enfoque en la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia como las principales armas contra el cáncer. Sin embargo, una pieza clave en esta batalla ha sido ignorada durante demasiado tiempo: el microbioma intestinal. El Dr. Robert Thomas, quien estuvo de visita en México a inicios de esta semana, expuso con claridad, en su ponencia en el Centro Médico Siglo XXI, cómo un equilibrio adecuado en la microbiota intestinal puede influir en la eficacia de los tratamientos y en la prevención de la enfermedad.
Cabe decir que el Dr. Thomas es un oncólogo consultor con más de 30 años de experiencia en el tratamiento de pacientes con cáncer. Hoy en día, ejerce en los hospitales de Addenbrooke y Bedford en el Reino Unido y es profesor visitante en la Universidad de Bedfordshire. Además, imparte docencia en la Universidad de Cambridge.
Esta idea de que la salud intestinal impacta el cáncer puede parecer increíble para muchos, pero la evidencia científica es contundente. El microbioma desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmunológico, lo que significa que un desequilibrio en la flora intestinal puede aumentar la inflamación y, en consecuencia, favorecer el desarrollo de tumores.
La medicina moderna ha avanzado de manera impresionante en la identificación y tratamiento del cáncer, pero en el camino, ha caído en la trampa del reduccionismo. Se ha tratado la enfermedad como un problema localizado, olvidando que el cuerpo humano es un sistema interconectado. Así, el Dr. Thomas enfatizó que el cáncer no es solo una anomalía celular, sino el resultado de múltiples factores ambientales, dietéticos y metabólicos.
Uno de los mayores errores, mencionó el especialista, ha sido considerar la alimentación y el estilo de vida como elementos secundarios en la lucha contra el cáncer. La realidad es que factores como la dieta, el ejercicio y el equilibrio de la microbiota pueden marcar la diferencia entre la progresión o la remisión de la enfermedad. Y, sin embargo, estos aspectos siguen sin recibir la atención que merecen en la mayoría de los tratamientos convencionales.
La investigación presentada por el Dr. Thomas demuestra que pacientes con una microbiota equilibrada tienen mejores respuestas a los tratamientos oncológicos, menor incidencia de efectos secundarios y mayores tasas de recuperación. Además, estudios recientes en el Reino Unido han confirmado que la suplementación con probióticos y fitoquímicos ha reducido significativamente la progresión del cáncer en pacientes con cáncer de próstata.
Entonces, ¿por qué no estamos incorporando estos conocimientos en las guías clínicas estándar? ¿Por qué la mayoría de los oncólogos no hablan de la microbiota con sus pacientes? La respuesta es incómoda, pero evidente: la medicina convencional ha estado dominada por intereses económicos, que han priorizado soluciones farmacológicas en lugar de cambios en el estilo de vida.
No se trata solo de tomar probióticos. La clave está en adoptar una alimentación rica en fibra, prebióticos y polifenoles, que contribuyan a nutrir las bacterias beneficiosas y fortalezcan el sistema inmunológico. En este tenor, el Dr. Thomas destacó alimentos como el kéfir, el kimchi y el chucrut como herramientas esenciales en esta estrategia.
A su vez, evitar el consumo de azúcares refinados, alimentos ultraprocesados y plásticos contaminantes puede prevenir el deterioro del microbioma y la inflamación crónica, dos factores asociados con el desarrollo y progresión del cáncer.
Si la salud intestinal juega un papel fundamental en el cáncer, entonces la lógica nos dice que no podemos ignorarla. La pregunta que debemos hacernos es: ¿estamos dispuestos a modificar nuestras estrategias médicas para incluir este conocimiento?
La ciencia ha hablado. Ahora depende de los médicos, investigadores y sistemas de salud escuchar y actuar. La lucha contra el cáncer no se ganará solo con medicamentos, sino con una visión integral que reconozca la importancia del microbioma en nuestra salud. Es momento de que la oncología moderna deje de lado su enfoque unilateral y abrace una estrategia más completa y efectiva. México, ¿listo para convertirse en un hub de investigación clínica?
Nuestro país tiene la oportunidad de atraer 2,000 millones de dólares (mdd) en inversión para investigación clínica, lo que podría posicionarlo como un referente farmacéutico en América Latina.
No obstante, la falta de modernización regulatoria y el bajo presupuesto en salud representan los principales desafíos.
Por primera vez, desde la Presidencia se prioriza la investigación clínica en México, generando expectativas sobre su potencial para convertirse en un hub farmacéutico. Esta inversión no solo generaría empleos, sino que también permitiría a pacientes mexicanos acceder a medicamentos innovadores, hoy disponibles tras años de espera.
A su vez, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) sigue siendo el gran obstáculo. Mientras en Argentina y Brasil los medicamentos innovadores son aprobados en uno o dos años, en México el proceso puede demorar hasta siete años. La digitalización y la adopción de estándares regulatorios internacionales, como los de la FDA o la EMA, son urgentes para hacer al país más competitivo.
Por cierto, recordemos que España se posicionó como destino clave para la industria farmacéutica tras modernizar sus procesos regulatorios. México podría replicar este modelo si se compromete a realizar cambios estructurales, abriendo la puerta a inversión extranjera y mejor acceso a tratamientos de última generación.
La baja inversión en salud es otro obstáculo. México destina apenas el 2.5% de su PIB al sector salud, frente al 6% promedio de los países de la OCDE. Además, el 47% de los gastos médicos provienen del bolsillo de los ciudadanos. Esta situación limita el acceso a servicios médicos y agrava las desigualdades.
De hecho, las recientes protestas de trabajadores del sector salud en el Estado de México reflejan lafragilidad del sistema. La falta de insumos y medicamentos y los retrasos en pagos demuestran que,
sin una estrategia integral, la investigación clínica no tendrá el impacto esperado en la vida de los mexicanos.
México enfrenta un punto de inflexión. Convertirse en un polo de investigación clínica depende de decisiones estratégicas que incluyen modernizar a la Cofepris, aumentar la inversión en salud y fomentar alianzas público-privadas. La pregunta sigue siendo: ¿tomará México las decisiones necesarias para aprovechar esta oportunidad histórica o la dejará pasar como otras veces?
El botiquín
● Eduardo Clark, subsecretario de la SSa, en el marco de la conferencia matutina presidencial, reconoció que el gobierno asume la responsabilidad por el desabasto de medicamentos en México. Explicó que la compra de insumos para los próximos dos años ha sido un proceso
complejo, lo que ha provocado una disminución en los inventarios.
● Lo quiera o no, el gobierno, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, tendrá que ocuparse de pagar lo antes posible el adeudo de 12 mil millones de pesos (mdp) con las compañías farmacéuticas. Si no, ¿con qué cara volver a pedirle producto a compañías a quienes todavía se les debe? Esto, además, atenta contra la operación de cualquier empresa. Así que a pagar rapidito y de buen modo…