Por Klaus Gérman
Diversos estudios de mercado y encuestas de opinión que se han aplicado en Europa y Estados Unidos desde principios de esta década, muestran una tendencia en el alza del número de consumidores que buscan comprar productos sustentables o servicios que promueven la Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
Temas como el cambio climático, el calentamiento global, la escasez de agua, la extrema pobreza de millones de personas en el mundo, entre otros, han detonado una mayor consciencia sobre el cuidado y preservación del medio ambiente, así como la procuración de los sectores más desprotegidos y vulnerables de las distintas sociedades.
Sabemos también, que los gobiernos no satisfacen completamente todas estas necesidades, por otro lado, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) tampoco se dan abasto para hacerlo, y menos cuando pensamos en los gastos operativos que cada labor implica, la falta de acceso a recursos económicos y tecnológicos que experimentan estas organizaciones. Por eso, la sociedad ya comienza a demandar a otros actores un compromiso que conjunte esfuerzos con el gobierno y la sociedad para aminorar las repercusiones negativas de estos problemas. En este sentido, el consumidor actual, ya valora los productos sustentables, los apoyos sociales que ofrecen las marcas que consume y prefiere y las acciones que emprenden las empresas privadas y sus fundaciones.
Pero el gran desafío es para las empresas porque requieren, quienes no lo han hecho, adoptar una cultura de la responsabilidad social y quienes ya lo hacen, duplicar sus esfuerzos, al mismo tiempo que continúan excediendo las expectativas de sus consumidores y clientes. Una vez que esto se logra, el siguiente reto es llevar a cabo una buena comunicación de las acciones sociales que permitirá que los consumidores, especialmente los jóvenes, se identifiquen con la compañía e incluso experimenten un sentido de pertenencia, actitudes que hoy en día realizamos a través de la mercadotecnia social.
Cabe destacar que el hecho de que una marca o producto implique un apoyo social o ecológico, no significa que algún aspecto de calidad se tenga que sacrificar. Hoy en día, los consumidores siguen optando por los productos de alta calidad y no esperarán sacrificar la satisfacción personal que el producto le genere, por un beneficio de otra índole.
Generar nuevas ideas, implantar modelos de RSC, aplicar nuevas tecnologías y producir con la mejor calidad, permitirá que los productos y servicios de las empresas, se posicionen eficazmente en la mente de los consumidores.
Para mayor información, escribir a [email protected]
Klaus Gérman Phinder, Consultor y director general de Promotora ACCSE (Acción Social Empresarial), agencia especializada en Responsabilidad y Mercadotecnia Social.
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