La discusión en torno a la llamada Jornada laboral de 40 horas en México se ha convertido en uno de los temas que más interés despierta entre los trabajadores. Desde hace meses, diversos grupos parlamentarios —incluyendo Morena, Partido del Trabajo (PT), Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM)— han impulsado reformas para reducir la semana laboral, lo que implicaría modificar la Ley Federal del Trabajo (LFT).
Aunque la reforma es de interés, marcha con paso lento por el Congreso y el camino para aprobarla y aplicarla no ha sido sencillo.
¿Qué pasó con la Jornada laboral de 40 horas en México?
El tema de la Jornada laboral de 40 horas cobró fuerza cuando diversos legisladores, de distintas fuerzas políticas, coincidieron en que la actual jornada de 48 horas semanales establecida en la Ley Federal del Trabajo (o más, dependiendo el tipo de jornada) se traduce en escaso tiempo de convivencia familiar y altos niveles de estrés. De acuerdo con la legislación vigente:
- Jornada diurna: Hasta 8 horas al día (6:00 a 20:00 horas).
- Jornada nocturna: Máximo 7 horas diarias (20:00 a 6:00 horas).
- Jornada mixta: Hasta 7.5 horas (parte diurna y parte nocturna, con un límite nocturno de 3.5 horas).
La Ley Federal del Trabajo permite, en términos semanales, 48 horas en jornada diurna, 42 en jornada nocturna y 45 para la mixta. Sin embargo, la tendencia global apunta hacia la reducción de horas de trabajo, buscando el bienestar de los empleados y un equilibrio con la productividad empresarial.
Organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han abogado desde hace décadas por adoptar esquemas laborales de menor duración. En la práctica, países como Alemania, Chile o Colombia han transitado o están en proceso de transitar a jornadas de alrededor de 40 horas, priorizando la salud y el rendimiento de los trabajadores.
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Movimiento Ciudadano presenta una nueva propuesta
El tema de la reforma de 40 horas se reavivó debido a que una iniciativa que presentó la bancada de Movimiento Ciudadano. Al respecto, la diputada Patricia Mercado señaló: “Necesitamos trabajar para vivir y no vivir para trabajar. El balance entre los distintos aspectos de nuestra vida es una condición indispensable para el bienestar. Y las generaciones más jóvenes son, precisamente, las que están más convencidas de la necesidad de un mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal y familiar”, señaló.
¿Cuándo podría entrar en vigor la Jornada de 40 horas?
La pregunta de oro: ¿en qué momento se aprobaría y se implementaría la jornada laboral reducida? Hoy por hoy no existe una fecha definitiva. La reforma constitucional que permitiría esa reducción de la semana laboral se quedó detenida en la Cámara de Diputados.
La situación actual contempla una nueva ruta legislativa, impulsada por la promesa que hizo la presidenta Claudia Sheinbaum al asumir el cargo. Ella anunció una propuesta con un carácter de gradualidad, en la que se establecería un plan de implementación progresivo. No obstante, hasta el momento el Congreso sigue a la espera de que el Poder Ejecutivo envíe la iniciativa definitiva, mientras Sheinbaum no lo haga, en asunto continúa detenido.
Para que la Jornada laboral de 40 horas se convierta en realidad, es necesario que:
- Se presente formalmente la nueva iniciativa (si así lo decide el Ejecutivo).
- Se abra un nuevo proceso de parlamento abierto para escuchar a especialistas, empresarios y sindicatos.
- Se discuta y apruebe en las comisiones legislativas correspondientes.
- Finalmente, se someta a votación en el pleno de ambas Cámaras del Congreso (Diputados y Senadores).
¿Qué opina el sector empresarial y cómo se relaciona con la gradualidad?
Uno de los aspectos que ha generado mayor cautela es la perspectiva de los empresarios. En foros y encuentros informales, el sector productivo de México ha insistido en que se requiere un periodo de adaptación, sobre todo para las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMES), cuyos márgenes de rentabilidad podrían verse más presionados con la disminución de horas laborales.
La idea de la gradualidad no es nueva: la OIT, desde los años 60, emitió recomendaciones para la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, enfatizando la necesidad de que fuera un proceso progresivo y sin afectar el salario de los empleados. Este enfoque se implementó con éxito en países como Chile o Colombia, donde se estableció una ruta escalonada para bajar las horas de trabajo de 48 a 40 en lapsos de varios años.
¿Qué días podrías descansar con una Jornada laboral de 40 horas?
Uno de los cuestionamientos más interesantes para las personas trabajadoras es: ¿cómo se acomodarían las horas y qué días de descanso tendríamos? Con la reforma que se perfila (dos días de descanso por cada cinco de trabajo), el reparto de días y horas podría variar, dependiendo de cada centro de trabajo y la negociación colectiva que se alcance. Entre los esquemas más populares que se han mencionado:
- Cinco días con 8 horas diarias: Esto implicaría un fin de semana de dos días; por ejemplo, descansar sábado y domingo o cualquier otro par de días que se acuerden dentro de la empresa.
- Cuatro días con 10 horas diarias: Con este formato, podrías descansar tres días consecutivos, generalmente el viernes, sábado y domingo, o en su defecto domingo, lunes y martes, etc., dependiendo de la naturaleza de la empresa.
- Seis días con 6.5 a 7 horas diarias: Aunque menos popular, es otra posibilidad. Aquí, el descanso podría ser de un solo día, pero las jornadas serían más cortas durante la semana.
Hay que señalar que estos esquemas son solo propuestas, hasta el momento lo único que se tiene confirmado es que la premisa de la reforma es que el trabajador cumpla 40 horas a la semana y disponga de dos días de descanso, situación que actualmente solo se da en ciertas industrias.
Es importante recordar que, según la Ley Federal del Trabajo, hoy por hoy la mayoría de las personas trabajadoras están obligadas a laborar seis días y descansar uno, de modo que la propuesta busca incrementar los días de descanso sin reducir los ingresos.
