- Las declaraciones de Trump sobre Groenlandia y el Canal de Panamá merecen un análisis sobre su estrategia de comunicación.
- Trump utiliza una retórica nacionalista y de confrontación con el objetivo de consolidar su base electoral.
- Su comunicación en redes sociales y su eslogan “Make America Great Again” son ejemplos de cómo apela a las emociones y genera identificación.
Las declaraciones de esta semana de Donald Trump, en las que no descartó el uso de la fuerza para tomar Groenlandia o el control del Canal de Panamá, están generando una ola de reacciones y análisis a nivel mundial.
Para los profesionales del marketing y la publicidad, estas afirmaciones no solo son un tema de interés geopolítico, sino también un caso de estudio sobre cómo se utiliza la retórica para influir en la opinión pública y movilizar bases electorales.
La pregunta que surge es: ¿cuánto de esta postura es una estrategia política y cuánto es una genuina intención de llevar a cabo estas acciones?
Trump busca consolidar su base electoral antes de asumir
En una conferencia de prensa en su residencia de Mar-a-Lago, Trump amenazó con imponer “aranceles muy altos a Dinamarca” si no cedía el control de Groenlandia, un territorio autónomo danés que ya había intentado comprar durante su primer mandato.
Además, afirmó que Estados Unidos necesita controlar el Canal de Panamá debido a su rol estratégico, sugiriendo que actualmente está siendo operado por China, lo cual es incorrecto, ya que es Panamá quien opera el canal.
Estas declaraciones, sumadas a su intención de renombrar el Golfo de México como el “Golfo de América”, muestran un patrón de retórica nacionalista y de confrontación, que puede leerse como una estrategia de marketing político para consolidar su base.
Estrategia de comunicación
El estilo de comunicación de Trump, caracterizado por ser directo, atrevido y a menudo políticamente incorrecto, es clave en su éxito político.
Como desde hace años señalan los expertos en marketing político, su eslogan “Make America Great Again” es un claro ejemplo de cómo un mensaje simple, sonoro y emocional puede movilizar a los votantes.
En este caso, las amenazas sobre Groenlandia y el Canal de Panamá apelan a un sentimiento de nostalgia y orgullo nacional, buscando conectar con una audiencia que se siente ignorada por el establishment.
Este tipo de mensajes generan una fuerte identificación con la marca “Trump”, lo que permite al próximo presidente de Estados Unidos mantener una base de seguidores leales y activos.
La estrategia de Trump en redes sociales también es un elemento fundamental de su comunicación. A través de plataformas como Twitter (ahora X) y Facebook, Trump ha logrado amplificar su mensaje y debilitar a sus oponentes.
Su uso de redes sociales no se limita a la difusión de sus ideas, sino que también le sirve como una herramienta para movilizar a sus seguidores, como se ha visto en ocasiones anteriores, donde ha recurrido a estas plataformas para expresar sus puntos de vista sobre temas de diversidad e inclusión.
En este contexto, sus amenazas sobre Groenlandia y el Canal de Panamá se convierten en contenido viral que genera debate y mantiene su figura en el centro de atención pública.
El marketing de Trump versión 2025
Como dijimos antes, desde la perspectiva del marketing, las declaraciones de Trump sobre Groenlandia y el Canal de Panamá pueden verse como una forma de “marca personal”.
Al igual que las marcas, Trump busca conectar con sus audiencias a través de un mensaje claro y diferenciador.
En este caso, ese mensaje se centra en la idea de que Estados Unidos debe reafirmar su poder y defender sus intereses, incluso si eso implica el uso de la fuerza o la coerción económica. Las marcas que deseen construir relaciones a largo plazo suelen usar un tono similar, transmitiendo mensajes de unidad y positividad.
No obstante, es importante notar que la retórica de Trump también genera polarización.
Su enfoque en prioridades nacionales por encima de iniciativas de diversidad e inclusión alienan a segmentos de la población que valoran la equidad social.
Para las marcas, esto implica la necesidad de ser conscientes de los valores de sus audiencias y comunicar mensajes que sean auténticos y relevantes para las comunidades a las que se dirigen.
Las marcas y la política
El caso de Trump sirve como recordatorio de que las marcas deben ser cuidadosas al tomar posturas políticas y culturales.
En un contexto de alta polarización, las marcas deben tener claro que cada decisión de comunicación puede influir en la percepción de sus audiencias, y que las acciones impulsadas por un propósito deben ser auténticas y consistentes.
Las declaraciones de Trump, independientemente de su veracidad o viabilidad, ofrecen una valiosa lección para los profesionales del marketing: la importancia de comprender cómo se construyen los mensajes, cómo apelan a las emociones y cómo se utilizan los canales de comunicación para generar influencia.
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