Datos de Skandia revelan que tan sólo en septiembre las remesas tuvieron una caída del 4.59% comparadas con septiembre del año pasado, sumando un importe de $5,358.68 millones de dólares con más de 13.8 millones de transacciones, que, en comparación con el mes de agosto, tuvieron una caída del 11.9%. También el envió de dólares se ha visto afectado, pues se situaba en $404.00 dólares en 2023 y descendió a un promedio de $388.00 dólares por envío en este año. En lo que va de 2024 suman 5 los meses en que las remesas han tenido caídas en comparación con el mismo mes del año anterior. A unos meses de que el presidente electo Donald Trump asuma nuevamente el poder, las remesas reportaron una fuerte en los meses de septiembre y octubre, representando sus peores meses desde el 2012.
En el mes de octubre las remesas tuvieron una caída del 1.6% comparado con octubre del 2023, alcanzando un importe de $5,722.70 millones de dólares, mes en el que se efectuaron 14.8 millones de transacciones, disminuyendo el monto promedio de envío a $387.00 dólares que, aunque fue una caída menos agresiva que la del mes de septiembre, se ligaron dos meses consecutivos de disminución en el envío de remesas. Esto no ocurría desde 2013, año en el que también se reportaron caídas durante 5 meses consecutivos, de febrero a junio. La cifra acumulada de los últimos 12 meses, hasta septiembre, suma $64,492.6 millones de dólares, lo que representa 95.1 millones de dólares menos en comparación con el mismo periodo del 2023 el cual sumó $64,587.70 millones de dólares. Los estados que van a padecer con mayor intensidad los estragos de esta caída son Guanajuato, Michoacán y Jalisco, ya que son los primeros receptores de este recurso, con más de 5,000 millones de dólares cada durante el 2023.
No olvidemos que las remesas actualmente son uno de los pilares de la economía mexicana, pues contribuyen para la subsistencia de las comunidades rurales, constituyendo una de sus pocas fuentes de ingreso. Son también una fuente productiva de capital que impulsa la actividad empresarial y con ello el crecimiento económico. Representan el 4% del PIB y a pesar de la disminución en los envíos, México se mantiene como el segundo receptor de remesas a nivel mundial desplazando así a China y quedando sólo por detrás de India. También aportan a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) donde los inmigrantes contribuyen a través de las remesas a promover al tratamiento de agua limpia, la salud, la educación, el crecimiento económico, micronegocios, creación de nuevos empleos, el saneamiento y también a reducir la desigualdad y la pobreza en el país.
El descenso de las remesas obedece a tres factores: el deterioro del mercado laboral en los Estados Unidos, la elevada inflación en el país vecino y la depreciación de nuestra moneda. A fines de septiembre el peso mexicano se había debilitado en 13%.
Sin embargo, aunque las remesas han retrocedido notablemente, al convertir esos dólares enviados a pesos mexicanos y ya considerando la inflación, muestran un incremento en el poder adquisitivo, pues la cantidad de productos y servicios que se pueden comprar creció hasta un 3.4%. Según datos del Banco de México, en el periodo de enero a octubre, el 99.1% total de los ingresos por remesas se realizaron a través de transferencias electrónicas, lo que sumó alrededor de $53,610 millones de dólares. Las remesas que se hicieron en efectivo y especie y las de money orders representaron un 0.7% (368 millones de dólares) y 0.2% (104 millones de dólares), respectivamente.
Las deportaciones masivas que ha anunciado el presidente electo de los Estados Unidos prometen pronunciar la caída en el envío de remesas, con el consiguiente agravamiento de la situación económica, principalmente de las zonas rurales de muestro país. Habrá que implantar con urgencia medidas para compensar el descenso en el envío de divisas, que actualmente representan alrededor del 4 por ciento del Producto Interno Bruto de nuestro país.