- El Departamento de Justicia de Estados Unidos propone que Google venda su navegador Chrome.
- Se discute que controle la puerta de entrada a las búsquedas en internet y favorezca su propio motor de búsqueda.
- También se plantea que Google comparta la información que sustenta su motor de búsqueda.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos (el conocido “DOJ” por sus siglas en inglés) implementó una serie de medidas que buscan poner fin al dominio de Google en el mercado de las búsquedas en internet. Te adelantamos en Merca2.0 sobre esto.
Las propuestas, que podrían cambiar drásticamente el panorama digital, van desde ajustes en las prácticas comerciales hasta transformaciones estructurales de gran envergadura.
¿Vender Chrome? Una posibilidad real
Una de las medidas más llamativas que propone el DOJ es la venta del navegador Chrome por parte de Google.
Con una cuota de mercado que ronda el 60% en Estados Unidos, Chrome es el navegador web más utilizado, y por lo tanto, una puerta de entrada fundamental para el acceso a las búsquedas en línea.
La intención del gobierno de EEUU es evitar que Google controle esta plataforma clave que, según alegan, utiliza para dirigir a los usuarios hacia su propio motor de búsqueda, en detrimento de la competencia.
De hecho, Google podría verse forzado a deshacerse también de Chromium, su proyecto de código abierto que impulsa a otros navegadores como Brave, Opera y Microsoft Edge.
La venta de Chrome plantea interrogantes sobre cómo afectaría al ecosistema web.
Muchas empresas podrían estar interesadas en adquirirlo, desde plataformas como Rumble, hasta gigantes tecnológicos como Apple, Amazon o Meta, aunque estas últimas podrían enfrentar obstáculos por posibles amenazas antimonopolio.
También se menciona a empresas de modelos de lenguaje, como OpenAI o Anthropic, que podrían utilizar Chrome como canal de distribución para sus chatbots de IA.
Sin embargo, algunos expertos consultados por The Verge se preguntan si la venta de Chrome realmente fomentaría un entorno más competitivo para los motores de búsqueda, o si simplemente transferiría una valiosa herramienta a otra empresa, quizás incluso una tan grande como Microsoft, que colabora estrechamente con OpenAI.
Compartir la información: un cambio de paradigma
Más allá de la posible venta de Chrome, existe otra demanda del DOJ que podría tener un impacto aún mayor en el negocio de Google: obligar a la compañía a compartir la información que sustenta su motor de búsqueda.
El DOJ argumenta que el acceso masivo de Google a las consultas de búsqueda le otorga una ventaja insuperable.
Al contar con más datos que cualquier otro competidor sobre qué resultados de búsqueda son útiles para los usuarios, la empresa no se ve presionada a mejorar su servicio.
Para remediar esto, el gobierno propone que, durante 10 años, Google comparta con sus competidores sus resultados de búsqueda, señales de clasificación y datos de consulta a un costo marginal.
Esta información permitiría a motores de búsqueda como Bing de Microsoft o DuckDuckGo mejorar rápidamente sus productos y competir en igualdad de condiciones.
Para Google, la pérdida de su ventaja en el acceso a la información podría tener un impacto económico considerable. Se estima que sus ingresos por búsquedas podrían reducirse hasta en un 10%.
Los cambios en Google serán inevitables
Algunos expertos señalan que la medida de compartir la información es la más contundente de todas las propuestas del DOJ.
Argumentan que Google ha construido una fortaleza inexpugnable a través de su extensa recopilación de datos a lo largo de los años, y que compartir este tesoro de información podría impulsar una verdadera competencia en el mercado de las búsquedas.
Si bien es cierto que Google obtendría ingresos por compartir sus datos, estos no compensarían la pérdida de su posición dominante. Esta situación se compara con el impacto que sufrió Meta tras la implementación de mayores políticas de privacidad por parte de Apple, lo que le costó a la empresa 10 mil millones de dólares en ingresos.
Otros puntos importantes que el DOJ busca abordar son la prohibición de acuerdos exclusivos para la colocación preferencial de los productos de búsqueda de Google en navegadores y teléfonos, así como la exigencia de mayor transparencia para los anunciantes.
La demanda antimonopolio del DOJ contra Google tiene el potencial de transformar el panorama digital.
Queda por ver si el juez encargado del caso aceptará todas o algunas de las propuestas del gobierno, y cuál será el impacto real en la industria del marketing y la publicidad.
Lo que está claro es que la batalla legal entre el gigante tecnológico y el gobierno estadounidense apenas comienza.
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