Hoy, los consumidores no solo buscan adquirir un producto que cumpla con sus necesidades, sino también uno que ofrezca durabilidad, confianza y un valor superior en relación a su costo. Así lo vemos recientemente que la marca Perrier está preocupada después de que se encontrara “asquerosidad” en el manantial de agua con gas.
Y es que en todo el mundo, las regulaciones y estándares de calidad están ejerciendo una presión adicional sobre las empresas para garantizar la excelencia en sus productos. Instituciones como la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) en México, vigilan de cerca que las marcas cumplan con las normativas y protejan los derechos del consumidor. Esto no solo obliga a las empresas a ser más rigurosas en sus procesos de producción, sino que también refuerza el compromiso de las marcas con la transparencia y la responsabilidad hacia sus clientes.
Un caso representativo es el de la industria alimentaria, en donde la calidad y seguridad de los productos son esenciales. Los consumidores esperan que los alimentos y bebidas no solo sean deliciosos, sino también saludables y seguros.
¿Ha estallado la burbuja de Perrier?
A pesar de los esfuerzos por mantener el producto mineral puro para los consumidores, el agua de uno de los siete pozos del sur de Francia utilizados por el proveedor de agua mineral mostró rastros de materia fecal después de las fuertes lluvias de principios de este año.
La empresa extrae su agua de lujo desde las áridas tierras altas cerca de Vergèze, y el alarmante descubrimiento provocó una suspensión en abril, lo que provocó la destrucción de más de 2 millones de botellas de la popular bebida gaseosa.
Al mismo tiempo, un informe redactado por un regulador de 2023 filtrado a los medios franceses y reportado por Bloomberg reveló que se encontraron rastros de pesticidas relacionados con el cáncer, prohibidos hace tres décadas, en el agua de donde se obtiene Perrier.
En 1990, Perrier enfrentó un infame retiro del mercado después de que se encontrarán pequeñas cantidades de benceno en 160 millones de las distintivas botellas verdes de Perrier, que fueron retiradas de los estantes en 120 países.
En septiembre, el propietario suizo de Perrier, Nestlé SA, acordó pagar 2,2 millones de dólares para resolver un caso de fraude que acusaba a la empresa de filtrar ilegalmente lo que debería haber sido agua natural en el mayor país exportador de agua embotellada del mundo.
Aunque Nestlé reconoció que había filtrado agua “durante mucho tiempo”, según Bloomberg, la compañía afirma que ahora cumple con las normas del país, aunque existen preocupaciones sobre la posible contaminación continua de las fuentes de agua, especialmente a la luz de las fuertes lluvias recientes.
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