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Las celebridades pueden aumentar la visibilidad y ventas de una marca significativamente, especialmente en redes sociales, donde su influencia se amplifica.
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El respaldo de celebridades es poderoso, pero las marcas deben estar preparadas para gestionar tanto los beneficios como los desafíos que esto conlleva.
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Las celebridades suelen tener un efecto multiplicador en plataformas de publicidad digital, reduciendo la necesidad de inversión publicitaria tradicional.
Imagina que de un día para otro, una de las artistas más influyentes del mundo usa tu producto, y las ventas se disparan un 2500%. Esto le ocurrió a Fazit Beauty, un pequeño emprendimiento que obtuvo una fama global gracias a que Taylor Swift eligió sus glitter freckles para un partido de fútbol.
Y es que sin duda, el poder de las celebridades para impulsar marcas y productos es un fenómeno clave en el marketing, especialmente con el auge de las redes sociales. Cuando una figura pública de gran influencia utiliza o menciona un producto, las marcas pueden experimentar un aumento drástico en ventas, visibilidad y alcance global. Este fenómeno, conocido como el “Celebrity Endorsement Effect“, va más allá de la mera popularidad, generando confianza en los consumidores y, a menudo, provocando una viralización masiva.
Varios estudios han demostrado el poder tangible de las celebridades para impulsar el crecimiento de las marcas. Según un informe de Marketwatch, las campañas con celebridades pueden aumentar las ventas en un promedio del 4%, lo que puede parecer modesto, pero para grandes marcas puede traducirse en millones de dólares. Además, Nielsen reporta que el 82% de los consumidores son más propensos a seguir las recomendaciones de personas influyentes o celebridades a las que admiran, lo que muestra la capacidad de estas figuras para influir en decisiones de compra.
Taylor Swift y el pequeño emprendimiento que explotó tras su uso del producto
Este fenómeno, que algunos ya definen como el “Taylor Swift Effect”, es capaz de transformar por completo la trayectoria de una marca. Taylor tiene la capacidad de hacer que cualquier cosa que use, mencione o apoye, se vuelva viral instantáneamente. Pero, ¿es siempre un sueño para las marcas pequeñas?
Para Fazit Beauty, lo fue y mucho más. En cuestión de horas, sus ventas crecieron exponencialmente, y hasta uno de sus principales distribuidores, Urban Outfitters, se quedó sin stock de manera inmediata. Sin embargo, este crecimiento no solo trae consigo el brillo del éxito, sino también una serie de retos que pueden desbordar a cualquier pequeña empresa.
Cuando una figura como Taylor Swift usa tu producto, la visibilidad es exponencial, pero también lo es la presión para mantener el ritmo del éxito repentino. Fazit Beauty no solo experimentó un incremento abrumador en ventas, sino que también se enfrentó a desafíos logísticos. Desde la necesidad urgente de reponer inventarios hasta la capacidad de su plataforma en línea para manejar el tráfico masivo, la demanda fue tan grande que la marca debió reorganizar su operación en tiempo récord.
¿Te imaginas que Taylor Swift use tu producto y de pronto tus ventas exploten un 2500%?
Eso le pasó a Fazit Beauty con sus glitter freckles.
Pero ¿esta visibilidad masiva siempre es buena o trae más retos de los que piensas?
Veamos (Abro hilo🪡) pic.twitter.com/YBCftSCO0q
— Weplash⚡️ (@weplash) October 9, 2024
El caso de Fazit es un ejemplo claro de cómo la viralidad, impulsada por una celebridad, puede ser una espada de doble filo para pequeños negocios. Por un lado, el crecimiento exponencial es una oportunidad inigualable de posicionamiento. Por otro, si no hay una preparación adecuada para gestionar el aumento de demanda, se corre el riesgo de perder la fidelidad de los nuevos clientes o incluso colapsar.
Tras el uso de las glitter freckles por parte de Taylor Swift, Aliett Buttelman, cofundadora de Fazit Beauty, no solo celebró el éxito en ventas, sino que también compartió en redes sociales la emoción y la sorpresa por el impacto. En un video en TikTok, se mostró emocionada por la increíble respuesta, pero también consciente del arduo trabajo que vino después.
Aunque el efecto Taylor Swift puede parecer un billete de oro, lo cierto es que también pone a prueba la capacidad de adaptación de una marca. Mantener la calidad del servicio, gestionar la atención al cliente y garantizar la disponibilidad del producto son solo algunos de los desafíos que surgen con este tipo de fama repentina.