El huracán John dejó una estela de destrucción a su paso por Acapulco, Guerrero, afectando a miles de personas que vieron sus hogares inundados y sus comunidades incomunicadas. En respuesta a esta crisis humanitaria, tres importantes marcas de retail en México —Walmart, Sam’s Club y Bodega Aurrera— anunciaron de manera conjunta un plan de apoyo a los damnificados a través de sus redes sociales. Estas empresas colaboran con la Cruz Roja Mexicana para distribuir alimentos y recursos esenciales en las zonas afectadas.
Walmart, Sam’s y Bodega Aurrerá informaron que a través de sus fondos de alimentos, se donará comida suficiente para atender a 25,000 personas que han sido desplazadas o que enfrentan dificultades para obtener recursos básicos debido a los daños causados por el huracán John.
En un mensaje difundido en sus redes sociales, cada marca subrayó su compromiso con México, destacando que ya han iniciado las acciones logísticas para que los alimentos lleguen a los lugares más necesitados.
Este es el comunicado que emitió Grupo Walmart a través de sus redes sociales:
Fundación Walmart de México, en coordinación con Cruz Roja Mexicana, listos para apoyar a las familias afectadas tras el paso del huracán John.
A través de nuestro fondo de alimentos, donaremos comida con capacidad para 25,000 personas.
Los brigadistas de Cruz Roja Mexicana ya se encuentran en las zonas dañadas preparando la entrega.
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Huracán John en Acapulco, el saldo de la tragedia
El huracán John, de acuerdo con los reportes oficiales y de medios locales, causó daños significativos en la región de Acapulco y sus alrededores. Con un saldo de al menos 18 personas fallecidas y más de 5,800 evacuados, el fenómeno dejó a su paso ríos desbordados, carreteras colapsadas y comunidades enteras incomunicadas y sin suministro eléctrico.
Las lluvias provocaron deslizamientos de tierra y otros incidentes que resultaron fatales. Medios como El Sur de Acapulco informaron que la cifra de fallecidos ya ascendía a 18 personas, un número que discrepa a los reportes iniciales del gobierno.
El huracán no solo afectó a la población local, sino también a la infraestructura de todo el estado. Las principales carreteras, como la Acapulco-Zihuatanejo, la Chilpancingo-Iguala y otras vías de comunicación esenciales, quedaron intransitables debido a los deslizamientos de tierra y el desbordamiento de ríos. Las imágenes que circularon en redes sociales mostraron calles convertidas en ríos y vehículos cubiertos por el agua, lo que retrata la magnitud de la devastación en zonas como Acapulco Diamante.
Por su parte, Laura Velázquez, coordinadora Nacional de Protección Civil, indicó que más de 5,800 personas fueron evacuadas de sus hogares y trasladadas a refugios temporales. Asimismo, aunque el nivel de agua en algunas zonas de Acapulco ha comenzado a descender, las autoridades mantienen la alerta por posibles deslaves.
