- La implementación de robotaxis en China genera preocupación entre conductores de aplicaciones de transporte como Uber y DiDi, quienes temen por su seguridad laboral.
- China emitió 16,000 licencias para vehículos autónomos y habilitó 32,000 kilómetros de carreteras para su prueba.
- Los robotaxis ofrecen tarifas más bajas que las aplicaciones de transporte convencionales, lo que ha llevado a conductores a solicitar restricciones en su uso.
La masiva implementación de robotaxis en China está generando inquietud entre los conductores de aplicaciones de transporte, como Uber, Cabify y DiDi, quienes temen por su seguridad laboral ante la expansión de esta nueva tecnología.
Lo paradójico es que es algo parecido a lo que denunciaron los taxis cuando llegaron las app de movilidad.
Aunque los expertos aseguran que la introducción de los vehículos autónomos también creará nuevas oportunidades laborales, la preocupación entre los trabajadores del sector en China es considerable, publica este viernes 30 de agosto CNBC.
Los datos le dan la razón a los conductores de Uber a la hora de preocuparse: en los últimos meses, China emitió 16,000 licencias de prueba para distintas variantes de vehículos autónomos (incluidos los robotaxis) y habilitó 32,000 kilómetros de carreteras públicas para la experimentación.
En junio, el gobierno chino aprobó a nueve fabricantes de automóviles nacionales, como BYD y Nio, para que comenzaran a probar tecnologías de conducción automatizada condicional en algunas vías públicas.
Además, Elon Musk busca obtener la autorización regulatoria para que la tecnología de conducción autónoma total de Tesla se ponga en marcha antes de que finalice 2024.
Cuánto cuesta un viaje en robotaxis
Este avance tecnológico está generando un amplio debate en las redes sociales chinas, donde muchos usuarios expresan su preocupación. Dicen que la conducción autónoma está “quitando los medios de subsistencia” a los conductores, dejándolos sin trabajo en un sector que hasta ahora había sido su fuente de ingresos.
En la ciudad de Wuhan, por caso, la plataforma de viajes autónomos Apollo Go, perteneciente a Baidu, ya cuenta con 400 robotaxis operando, y la compañía planea aumentar esa cifra a 1,000 para fin de año.
A pesar de que la participación de Baidu en el mercado de transporte compartido en Wuhan es solo del 1%, el crecimiento de Apollo Go alarma a los taxistas y conductores de Uber, DiDi y otras apps locales locales, quienes han solicitado a las autoridades de transporte de la ciudad que restrinjan el uso de este servicio.
El atractivo de los robotaxis radica en sus costos competitivos. Por ejemplo, un viaje de 16 minutos en un suburbio del sur de Beijing con Apollo Go cuesta alrededor de 10,36 yuanes (1,46 dólares), casi la mitad de lo que cobra una aplicación de transporte convencional, que puede llegar a los 20 yuanes por un viaje similar.
La transición hacia nuevos empleos
A pesar del temor que genera la expansión de los robotaxis, los expertos sostienen que la movilidad autónoma se desarrollará de manera gradual, permitiendo una transición que, aunque lenta, no será tan drástica como muchos temen.
Mohit Sharma, analista de investigación en Counterpoint Research, le dijo a la CNBC que los empleos en el sector de transporte “no desaparecerán de la noche a la mañana”, sino que “la transición será un proceso progresivo, afectando primero a algunas áreas antes de expandirse a otras”.
Sharma dijo que los gobiernos podrían colaborar con las empresas de robotaxis para reubicar a los conductores en otros trabajos, mientras que los sistemas educativos podrían formar a las nuevas generaciones en las habilidades necesarias para los empleos del futuro.
Apollo Go, en tanto, dijo que está comprometida con la creación de nuevas oportunidades laborales dentro del ecosistema de vehículos autónomos, como la monitorización de sistemas, pruebas de vehículos y la anotación de datos.
Conflictos con la llegada de Uber
La llegada de Uber y otras aplicaciones de transporte a las distintas ciudades del mundo no estuvo exenta de conflictos.
En lugares como París, Barcelona, Buenos Aires, Bogotá y Ciudad de México, por sólo nombrar algunas, los taxistas organizaron protestas, bloqueos y huelgas, alegando que estas plataformas representan una competencia desleal.
En algunos casos, los gobiernos locales intervinieron implementando regulaciones más estrictas para los servicios de transporte compartido.
Sin embargo, a pesar de la resistencia, las apps lograron establecerse como una parte integral del paisaje urbano.
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