Recientemente se publicó el Ranking de Competitividad Mundial de este año por el IMD, un referente en evaluación económica global. Este informe analizó 67 economías a nivel mundial, considerando aspectos clave como el desempeño económico, la eficiencia gubernamental, la competitividad empresarial y la calidad de la infraestructura.
En el contexto actual de volatilidad económica global, alcanzar y mantener la competitividad como país requiere abordar varios aspectos clave estratégicos. Primero, es crucial desarrollar resiliencia económica. Esto implica diversificar las fuentes de ingresos y exportaciones, así como fortalecer sectores económicos que puedan resistir y recuperarse rápidamente de crisis económicas y shocks externos.
Además, la innovación y la tecnología desempeñan un papel fundamental. Las economías competitivas invierten en investigación y desarrollo, fomentan la digitalización de sus sectores productivos y promueven un entorno propicio para la innovación empresarial. La educación y el desarrollo del capital humano también son prioritarios. Invertir en una fuerza laboral capacitada y adaptable es crucial para adaptarse a cambios en el mercado laboral y promover la productividad a largo plazo.
La infraestructura adecuada y la conectividad son otros elementos esenciales. Mejorar la calidad de carreteras, puertos, aeropuertos y redes de telecomunicaciones facilita el comercio, reduce costos logísticos y aumenta la eficiencia operativa. Además, contar con un marco regulatorio estable y transparente es fundamental para atraer inversiones y promover un ambiente de negocios favorable.
Finalmente, las economías competitivas están cada vez más comprometidas con prácticas sostenibles y responsables. Integrar la sostenibilidad en la estrategia económica no solo mejora la reputación global del país, sino que también asegura el uso eficiente de recursos y protege el medio ambiente para futuras generaciones.
Gráfica del día: Las economías más sobresalientes de Latinoamérica
En el contexto latinoamericano, Chile se destacó al alcanzar el puesto 44 global, con una puntuación de 59,71 sobre 100, posicionándose como el líder regional. Le siguieron Puerto Rico y México en la segunda y tercera posición respectivamente, con puntajes de 54,85 y 49,88. En contraste, Venezuela enfrentó dificultades significativas, ocupando la última posición entre los países latinoamericanos evaluados.
Estos resultados subrayan la importancia de la competitividad para el desarrollo económico sostenible en la región. Es crucial que los países mejoren sus políticas económicas y fortalezcan sus infraestructuras para potenciar la atracción de inversiones y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.