En el contexto de las elecciones de 2024 en México, las plataformas digitales se han consolidado como herramientas clave para la comunicación política, la movilización del electorado y la difusión de información. Y aunque aún no podemos decir que las redes sociales definen elecciones en nuestro país, su influencia en el panorama político mexicano es cada vez más evidente y significativa, especialmente entre el electorado más joven.
Las redes sociales han transformado la forma en que los candidatos se comunican con el electorado, permitiendo a los partidos políticos llegar a un público amplio de manera rápida y efectiva, dándoles la oportunidad de interactuar con ellos y escuchar sus opiniones.
Particularmente el electorado más joven está profundamente inmerso en el mundo digital. Según un estudio de la Asociación de Internet MX, en 2023, el 71% de los internautas mexicanos utilizaban redes sociales, siendo las generaciones más jóvenes las que mostraban una mayor inclinación hacia estas plataformas.
De acuerdo con una encuesta de Harvard Kennedy School de 2022, el 36% de los jóvenes entre 18 y 29 años han interactuado con contenido político en redes sociales, ya sea comentando, compartiendo o participando en debates en línea. De ahí la importancia de las redes sociales como medio para asegurar una alta participación juvenil en los comicios.
La capacidad de las redes sociales para llegar a los jóvenes ha llevado a los candidatos a invertir significativamente en campañas digitales. Estas campañas no solo incluyen publicidad pagada, sino también estrategias orgánicas como influenciadores, lives, historias y publicaciones interactivas.
En México, de acuerdo con el INE, el padrón electoral de este 2 de junio constó de 98 millones de personas. De este total, las personas de 18 a 39 años inscritas fueron 47 millones, lo que representa el 48%, prácticamente la mitad del total de votantes.
Por otro lado, las redes sociales también han amplificado el problema de la desinformación, distorsionando el debate público y confundiendo a los votantes. Las noticias falsas se propagan y promueven rápidamente, lo que plantea desafíos para la veracidad y la confiabilidad de la información, así como para las autoridades y las misma plataformas.
Frente a este panorama, es imprescindible que los usuarios de redes sociales desarrollen una capacidad crítica para evaluar la información que consumen. La educación mediática y digital se vuelve más relevante que nunca para formar ciudadanos informados y responsables. La democratización de la información que ofrecen las redes sociales es una espada de doble filo. Por un lado, permite una participación más inclusiva y dinámica; por otro, exige un compromiso ético y responsable por parte de todos los actores involucrados.