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Los chatbots se volverán más sofisticados e inteligentes.
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El mercado de chatbots en América del Norte se espera que alcance los $600 millones para 2025.
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El mercado global de la tecnología del duelo, conocido también como “tecnología de la muerte”, tiene un valor estimado de más de 100 mil millones de libras, según TechRound.
En un acto que despierta reflexiones sobre el vínculo entre la tecnología y el duelo, un hombre ha llevado la memoria de su padre fallecido a una nueva era digital al convertirlo en un chatbot.
Esta singular iniciativa destaca el papel cada vez más prominente de la tecnología en la forma en que recordamos y honramos a nuestros seres queridos después de su partida.
Impulsado por el deseo de mantener viva la conversación con su padre y preservar su sabiduría y personalidad, la BBC dio a conocer la historia del hombre que recurrió a herramientas de inteligencia artificial para recrear virtualmente la presencia de su progenitor. El chatbot, diseñado para imitar los patrones de lenguaje y respuestas característicos de su padre, ofrece una experiencia única de interacción que permite al hijo sentir una conexión continua con su figura paternal.
En ese sentido, la intersección entre la tecnología y la experiencia humana, la inteligencia artificial (IA) está desafiando las convenciones tradicionales de cómo interactuamos y recordamos a nuestros seres queridos fallecidos, con avances cada vez más sorprendentes.
El hombre que convirtió a su padre fallecido en un avatar con chatbot
Recientemente, la BBC dio a conocer la conmovedora e inesperada historia de un hombre que convirtió a su padre fallecido en un chatbot.
Todo comenzó en 2016, cuando James Vlahos enfrentó una devastadora noticia: su padre fue diagnosticado con un cáncer terminal,”Amaba a mi padre, y verlo partir fue duro”, señaló James, residente de Oakland, California.
Es así que, decidido a aprovechar al máximo el tiempo restante con su padre, James emprendió un proyecto de historia oral. “Pasé horas grabando la historia de su vida en audio”, recuerda.
Este esfuerzo coincidió con su incursión en inteligencia artificial (IA), lo que llevó a una evolución del proyecto. “Me pregunté, ¿qué tal si puedo hacer algo interactivo con esto?”, “Quería conservar sus recuerdos y algo de su personalidad, tan maravillosa como era, de una manera más rica”.
En 2019, James transformó su chatbot en una aplicación y un negocio llamado HereafterAI, ofreciendo a otros la oportunidad de hacer lo mismo por sus seres queridos.
Aunque el chatbot no eliminó el dolor de perder a su padre, James reconoce que le brindó “más de lo que hubiera obtenido de otra manera”. “No es solo un vago recuerdo. Tengo este maravilloso compendio interactivo al que puedo recurrir”.
Mientras que los usuarios de HereafterAI pueden cargar fotos de sus seres queridos para que aparezcan en la pantalla de sus dispositivos, otra empresa va un paso más allá. DeepBrain AI, con sede en Corea del Sur, crea avatares de personas fallecidas basados en video, capturando su rostro, voz y gestos.
“Logramos una semejanza del 96,5% con la persona original”, explica Michael Jung, director financiero de DeepBrain. “Esto ayuda a que la familia se sienta más cómoda hablando con el avatar de IA del ser querido”.
La empresa ve esta tecnología como una contribución al desarrollo de una cultura de “morir bien”, en la que se prepara para la muerte dejando legados vivos en forma de historias y recuerdos familiares.
Aunque , hay que tener en cuenta que el proceso es costoso y los usuarios no pueden crear el avatar por sí mismos, algunos inversores ven un gran potencial en el mercado. De hecho, DeepBrain recaudó 44 millones de dólares en su última ronda de financiación, destacando el crecimiento del sector de la “tecnología de la muerte”, valorado en más de 100 mil millones de libras a nivel mundial.
La historia de James Vlahos, quien convirtió a su padre fallecido en un chatbot, ilustra cómo la IA puede extender la presencia y el impacto de los seres queridos más allá de la vida. A través de esta tecnología, las conversaciones y recuerdos pueden ser conservados de manera interactiva, ofreciendo a las personas una forma de mantener viva la memoria y la conexión con aquellos que han partido. No obstante, esto puede ser considerado algo que no es sano para algunas personas.
