Carlos Andrés Mendiola
@carlosamendiola
La pregunta está en el aire.
La duda está sembrada.
“Profesión peligro” protagonizada por Ryan Gosling, ha puesto sobre la mesa la pregunta que la industria se hacía, pero que quizás nadie había expresado, ¿Es Gosling realmente una estrella? El canadiense tiene una carrera de poco más de tres décadas.
Él está en sus 43 años y tiene como parte de su curriculum varios títulos que hoy son ya parte de la historia del cine y que incluyen “Diario de una pasión”, “La La Land” o “Barbie”, por estas dos últimas fue nominado al Oscar; en total acumula ya tres nominaciones.
Como protagonista tiene ya 23 años. Su primer rol principal fue en “El creyente” de 2001. Sin embargo, nada de eso lo hace realmente una estrella de cine. Entonces, justo la duda está en qué define a una estrella de cine. Es un tema complejo y con muchos niveles, pero he aquí los tres principales:
¿Cómo se ve?
Sí, parece vano y quizás lo sea o quizás no tanto, pero obedece a algo muy sencillo, “dime cómo te ves y te diré quién eres”. Es una cuestión que tiene que ver con belleza o atractivo físico, pero no únicamente.
Es la proyección física de un actor o actriz e incluye cómo se viste, cómo se para y proyecta, su porte, y, desde luego, cómo se comporta y conduce frente a los demás. Es ese trato que puede ser muy amable (o no tanto), pero que da esa sensación de que se está frente a alguien “especial, diferente y único”.
Es el factor que hace que se voltee a ver a una persona cuando entra a una habitación y no a otras. Puede ser, en casos, que ese factor no se de tanto en la vida real, pero sí en la pantalla. Es lo que pasa con figuras como Tom Cruise (con todo y su baja estatura), Nicole Kidman, Margot Robbie, Anne Hathaway y el propio Ryan Gosling, pero no lo es todo.
¿Qué representa?
Aunque suena dura y para muchos puede ser difícil de comprender, un actor o para el caso, una celebridad, influencer o figura pública, es una marca y, por ende, representa, expresa algo y es la encarnación de ciertos valores y principios.
Eso que representan se construye en gran medida por los personajes que interpreta en pantalla, pero también por sus acciones en la vida diaria.
Es así como James Dean se convirtió en ícono de la rebeldía y como Tom Cruise, por ejemplo, se convirtió en su momento en uno de los hombres más deseables, hecho que le ha sucedido a otros como Matthew McCounaghey, Brat Pitt o Keanu Reeves.
Y, entre ellos, hay diferencias. McCounaghey, más presente en comedias románticas, representa más al “chico bueno” (como George Clooney), mientras que Brad Pitt proyecta mucha más sexualidad y Keanu Reeves, con todo y lo violento que puede ser en algunos de sus personajes, es “cool” y relajado. Este aspecto y el anterior se van construyendo con el paso del tiempo, pero lo clave está en el último punto.
¿Cómo vende?
Un actor puede verse muy bien y puede representar algo positivo o deseable, pero si no vende no es una estrella. ¿A qué se refiere el que “venda”?
Muy simple, debe ser 1) conocido internacionalmente, 2) lograr una conversión, es decir, vender boletos de cine o bien que haya clics para ver su película o serie en un servicio de streaming.
Es como sucede con los influencers, de nada sirve que tengan muchos seguidores si no sucede nada con su contenido (no hay likes, no se comparte ni se comenta).
Es justo lo que hizo que todo el mundo volteara a ver a Tom Cruise con “Top Gun: Maverick”. Cruise se ve como una estrella en pantalla, pero también hace que la gente vaya a verlo al cine.
Con Ryan Gosling no sucede eso, no ha pasado con ninguna de sus películas y no pasó con “Profesión peligro”. Y no es cuestión de que pase una vez, debe pasar de manera recurrente y el actor o actriz debe ser el motivo principal (o al menos uno de los principales) por los cuáles se va a ver una película.
Hace una diferencia y se refleja en la taquilla. Es el por qué amerita invertir en él o ella, porque el retorno de la inversión está garantizado y está multiplicado.
Con los 65.4 millones globales que hizo “Profesión peligro” en su primer fin de semana contra un presupuesto de entre 125 y 150 millones, para que la película sea considerada un éxito debe recaudar entre 350 y 400 millones de dólares. Con ese inicio, el número se ve difícil. No fue un estreno brillante, quedó debajo de las expectativas y la competencia que viene es mucha.
Sí, ser actor es una “profesión de peligro”.