En el extenso panorama del comercio, pocas ocasiones despiertan tanto interés y emotividad como el Día de las Madres. En México, esta festividad ha sido testigo de una transformación en las estrategias de mercadotecnia a lo largo de los años. Desde sus modestos inicios hasta su actual condición como una industria multimillonaria, el día dedicado a las madres ha sido influenciado por cambios culturales, tecnológicos y sociales, particularmente evidentes en el lenguaje y la publicidad de los productos que inundan el mercado durante esta época.
¿Quién no ha corrido en el último minuto a comprar el regalo perfecto para mamá?
En sus inicios, la mercadotecnia del Día de las Madres en México era más sutil, arraigada en tradiciones familiares y vínculos comunitarios. La publicidad se centraba en valores familiares, amor maternal y gratitud, utilizando un lenguaje cercano y emotivo para conectar con los consumidores. Los productos anunciados solían ser simbólicos y personalizados, como flores, tarjetas hechas a mano y pequeños gestos de cariño.
¡Esa tradición de regalar flores y tarjetitas hechas a mano, todas escurridas de pegamento y con pedazos de estambre despeluzados que hacíamos en la primaria, ha evolucionado! Desde esos tiempos hasta ahora, la forma en que la mercadotecnia nos sugiere ideas para consentir a mamá ha cambiado tanto como el peinado de Madonna en los 80.
En aquellos días, la publicidad para el Día de las Madres era más simple que sumar 2+2: flores, tarjetas de corazones y una que otra vez chocolates (Aunque no faltaban los cientos de mensajes de electrodomésticos y de tiendas departamentales que estaban convencidos de que el mensaje adecuado era “halagar” a mamá con una licuadora o una aspiradora).
Todo con un toquecito de cursilería y amor. La idea era bien básica: ¡demuestra tu amor con algo dulce y bonito! Y así, las mamás estaban más contentas que niños en una juguetería.
Pero como dice el dicho: “el que no avanza, retrocede”. Y así fue como la publicidad del Día de las Madres empezó a ponerse fancy con la llegada de la tele en los años 50. Ahí fue cuando nos empezaron a decir que para demostrarle a mamá cuánto la queremos, teníamos que sacar la cartera y comprarle algo caro y reluciente. Electrodomésticos (de nuevo), joyas, perfumes (de esos que cuestan un ojo de la cara…) ¡lo que sea con tal de impresionar a mamá!
El lenguaje publicitario adoptó un tono más comercial y aspiracional. Las campañas resaltaban el lujo, la exclusividad y el estatus asociado con los regalos ofrecidos, promoviendo la idea de que cuanto más costoso fuera el obsequio, mayor sería el amor hacia la madre. Se crearon narrativas que vinculaban el valor de los productos con la importancia del papel maternal, incitando a los consumidores a demostrar su aprecio a través de la compra.
Y no nos quedamos ahí. Damos un salto de 50 años hacia adelante, y con el internet llegando a nuestras vidas como el crush que no sabíamos que necesitábamos, la publicidad del Día de las Madres se puso a la vanguardia. Ahora todo mundo puede anunciar lo que quiera en línea y ¡zas!, llegamos a millones de personas en un abrir y cerrar de ojos. Así que ahora tenemos de todo para elegir: desde regalitos personalizados hasta servicios exclusivos que harían babear a cualquiera.
Pero no solo eso. La forma en que hablamos de mamá en la publicidad también ha cambiado. Antes era todo muy ñoño y rosa, pero ahora nos ponemos más realistas. Reconocemos que las mamás son guerreras que se enfrentan a todo. ¡Y eso merece ser celebrado con bombos y platillos!
De acuerdo a Kantar, empresa líder en datos, insights y consultoría, los planes de celebrar en casa y regalos clásicos como flores y ropa son los más relevantes para este día, y nos da algunos de estos datos:
- 4 de cada 10 hogares cocinará para consentir a su mamá
- Quienes celebraran de esta forma, son hogares donde destacan las amas de casa jóvenes (menores a 34 años)
- El 32% de los encuestados saldrá a comer (desayuno, comida o cena)
- Solo un 2% recibirá o regalará una serenata
- El 2.7% recibirá o regalará algún electrodoméstico (¡qué bueno!)
- El 10% recibirá algún detalle hecho a mano por sus hijos (ahí va el estambre despeluzado…)
- El 17% recibirá o regalará flores
La historia de cómo se vende el Día de las Madres en México muestra cómo ha cambiado la manera en que la sociedad ve y celebra a las mamás hoy en día. Desde que empezó como algo sencillo hasta volverse un gran evento comercial, esta fecha ha sido influenciada por cosas como la cultura, la tecnología y la sociedad, que han cambiado cómo se habla de ella en la publicidad y qué cosas se ofrecen para comprar. La publicidad del Día de las Madres seguirá cambiando para adaptarse a cómo se vive la maternidad en el mundo de hoy.