La gentrificación está a todo lo que da en la Ciudad de México.
Trabajo en una cafetería en el barrio de Coyoacán y veo todos los días, entre semana, como llegan extranjeros a consumir. De diez clientes, ocho o nueve son de Londres, Austria, Finlandia, Sudáfrica, Estados Unidos o Israel.
Se esfuerzan por hablar español o castellano, ya que no les hablen en inglés.
Sí, muchos vienen con la familia de vacaciones a visitar las zonas culturales porque son Fridafílicos, pero también, otros son nativos digitales, por lo que trabajan solos, armados con sus computadoras durante horas tomando como gasolina un exprés y un cold brews para no dormirse y seguir trabajando en sus conferencias, trasnocharse y con horarios disímbolos.
¿Por qué este tipo de personajes están llegando a Coyoacán y ya no a Polanco, colonia Roma o La Condesa? Por efecto de la gentrificación.
Este tipo de colonización posmoderna busca la calidad de comida, renta, precios, drogas, bebida, café y experiencias con base en geolocalización y seguridad de los barrios, por lo que Polanco, La Roma y La Condesa ya estaban muy caro para esa calidad de servicio.
No te voy a pagar más por lo que me das
Los clientes dijeron ya estamos hartos de pagar tanto. Se salieron de Polanco y se preguntaban ¿se puede pagar por lo mismo café, comida, droga y cerveza a menos precio? Pues me voy a otro barrio que quizá este menos lujoso pero tiene más identidad de México que Polanco, ahora los comercios del antes lujoso barrio de Polanco están sufriendo un poco o mucho, porque sus clientes, se van a ir a vivir y a consumir las experiencias a otros sitios que ellos gentrifican y colonizan.
Es cuando el consumidor local dice “Coyoacán sí y Polanco ya no. La ley del mercado, la oferta y la demanda”.
¿Qué hacer si soy un comercio en Polanco?
Sí soy Polanco y no Coyoacán, por lo que será necesario dar experiencias verdaderas a mis clientes por el dinero que pagan.
Eventos con contenido real. Nivelar precio versus experiencias. Salir al campo para ver qué es lo que está pasando en otras zonas de la ciudad, qué se está ofreciendo por el precio a los clientes.
Eso de cobrar caro porque soy Polanco se acabó, éste ya alcanzó su clímax de precio.
Ahora, se vienen los precios reales por experiencias verdaderas con contenidos reales y que el mercado diga y mande.
La mano invisible del mercado situará a los clientes donde quieran ir. Porque consumo real en México existe y mucho. El cliente como siempre tiene el poder y el dinero en la bolsa listo para gastarlo.