Internacional.- La vida no es fácil, lo sabemos. Nos acostumbramos a las sorpresas que nos trae a diario y de a poco perdemos la capacidad de asombro. La publicidad puede ayudarnos a recuperarla y los creativos tienen en este tema un desafío alucinante. ¿Cómo llamar la atención sobre ciertos males que sufre la sociedad? ¿Cómo llamar la atención para que percibamos las señales a nuestro alrededor y prevengamos tragedias? Compartimos con ustedes dos ejemplos de publicidad social, un grito de auxilio que se debe escuchar.
El primero corresponde a una creación de la agencia Windsord Paris, en la que el llamado es ya una señal de alerta: “Esconderse no siempre es un juego”. Las imágenes se repiten, una y otra vez; la escena final es fuerte no por la violencia explícita, sino por lo que sucede en el entorno.
Millones de niños viven esta situación en el mundo y para muchos padres es “normal”. La publicidad social nos ayuda, en este caso a recuperar el concepto de “normalidad” que corresponde.
Por otra parte, el mal del siglo para los adultos es la depresión. Los distintos grados de ella van desde alguna dolencia física, a raíz de algún dolor emocional, hasta el suicidio. El problema es que esa graduación es intelectual, por lo que no podemos verla desde el exterior. Sensibilizarse a este tema es una obligación social.Así al menos percibimos el mensaje de Jung von Matt Suiza para Pro Infirmis.
“Dormir es bueno. Cuando duermo me voy. Desearía no volver a despertar nunca más” dice el protagonista del video y luego comienza a relatar sus estados diarios. El llamado es para las familias, los amigos y el entorno de quien poco a poco se desconecta de la realidad práctica, para ingresar a un laberinto personal que a veces no tiene salida. “Estoy vacío” es el grito de auxilio.