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La nanotecnología integra compuestos químicos para crear materiales y dispositivos con propiedades únicas; MIT.
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La nanobiónica vegetal incorpora nanopartículas en las plantas para que asuman el rol de dispositivos eléctricos; MIT.
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El 83% de la población mundial convive con cielos contaminados; MIT.
La iluminación es una de las ventajas de la modernidad, pero esta invención se ha inspirado en las sustancias químicas que lanzan los destellos de las luciérnagas, para hacer plantas que brillan, un invento que podría sustituir la energía eléctrica y revolucionar la industria usando nanopartículas.
Según Exactitud de Consultancy, la nanotecnología implica la integración de átomos, moléculas o compuestos específicos en estructuras para crear materiales y dispositivos con propiedades únicas. Esto se aplica a través de nanorobots que pueden realizar reparaciones a nivel celular. Asimismo, dicha empresa afirma que el tamaño del mercado mundial de nanotecnología se valoró en 20 mil 89o millones de dólares en 2020 y se prevé que alcance los 70 mil 260 millones de dólares en 2029.
Esta tecnología para hacer que las plantas brillen, resulta necesaria porque la iluminación artificial que usamos hoy en día, representa alrededor del 20 por ciento del consumo mundial de energía, según cifras del MIT; mientras que las plantas tiene la capacidad de auto repararse, cuentan con su propia energía y están adaptadas al entorno exterior, siendo perfectas para implementar nanotecnología.
De ahí, que el desarrollo de la nanobiónica vegetal, una área de investigación cuyo objetivo es el de incorporar diferentes tipos de nanopartículas en las plantas, sea el de asumir muchas funciones que realizan los dispositivos eléctricos. Los investigadores han diseñado previamente plantas que pueden detectar explosivos y comunicar esa información a un teléfono inteligente, así como plantas que pueden monitorear las condiciones de sequía.
Plantas que brillan
Este desarrollo para hacer plantas brillantes, es financiada por el Departamento de Energía de Estados Unidos en colaboración con un equipo del Massachusetts Institute of Technology (MIT) que recurre a una encima llamada luciferasa, la misma que da brillo a las luciérnagas, que a su vez actúa sobre otras dos sustancias: luciferina y coenzima, que fueron reunidos para crear un portador de nanopartículas único, que recorre la planta para hacerla brillar, sin resultar tóxico para la naturaleza.
Asimismo, los investigadores utilizaron nanopartículas de sílice para transportar todas las sustancias e introducir las partículas en las hojas de las plantas. De hecho, los investigadores introducen las partículas en una solución a alta presión, lo que permitió que las partículas ingresaran a las hojas a través de pequeños poros o estomas, cuya reacción química hace plantas que brillan.
Las primeras investigaciones del MIT dieron como resultados plantas que podían brillar 45 minutos, y ahora es posible hacer que brillen 3 horas y 50 minutos. La luz generada por una planta de 10 centímetros, equivale a una milésima parte de la cantidad necesaria para leer, pero los investigadores creen que pueden aumentar la luz emitida, así como la duración de la luz, optimizando la concentración y liberación de nanopartículas.
Los ingenieros del MIT han dado un primer paso fundamental para hacer realidad esa visión. Al incorporar nanopartículas especializadas en las hojas de una planta de berro, indujeron a las plantas a emitir luz tenue durante casi cuatro horas. Creen que, con una mayor optimización, este tipo de plantas algún día serán lo suficientemente brillantes como para iluminar un espacio de trabajo.
Por ahora, se trata de crear una planta que funciona como lámpara de escritorio, con una luz que es alimentada por el metabolismo energético de la misma planta. Los investigadores afirman que esta tecnología también podría utilizarse para proporcionar iluminación interior de baja intensidad o para transformar árboles en farolas.
Para futuras versiones de esta tecnología, los investigadores esperan desarrollar una forma de pintar o rociar las nanopartículas sobre las hojas de las plantas, lo que podría hacer posible transformar árboles y otras plantas grandes en fuentes de luz.
Los investigadores también han demostrado que pueden apagar la luz añadiendo nanopartículas que contienen un inhibidor de la luciferasa. Según los investigadores, esto podría permitirles crear plantas que corten su emisión de luz en respuesta a condiciones ambientales como la luz solar.
Otro ejemplo de cómo se usa la nanotecnología en la industria alimentaria, es con los fabricantes de cerveza de Estados Unidos, que ya están utilizando nanopartículas de arcilla en botellas de plástico, para mantener el gas de la cerveza durante más tiempo. Se usan diminutos copos de arcilla que llenan minúsculos agujeros que quedan entre las moléculas de plástico, haciendo ques escape menos gas a través de las paredes de las botellas, y ayudando a que las bebidas mantengan su carbonatación durante un período de tiempo más largo.
Pronto podremos tener un jardín iluminado con la luz de un árbol, o una planta brillante como luz de noche, además de cerveza con más gas durante más tiempo.
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