Impacto ambiental del fast fashion

El fast fashion, caracterizado por la producción masiva de prendas a bajo costo y ciclos de moda efímeros, ha revolucionado la industria textil. Sin embargo, detrás de la aparente eficiencia y accesibilidad, se esconde un impacto ambiental significativo que merece una atención crítica.

Y es que el fast fashion opera en un modelo de producción intensivo que agota rápidamente los recursos naturales. Desde la extracción de fibras hasta la utilización masiva de agua en los procesos de teñido y acabado, este sistema genera una presión insostenible sobre los ecosistemas, contribuyendo a la degradación ambiental.

Además, la rapidez con la que se producen las prendas en la industria del fast fashion conlleva el uso intensivo de productos químicos en los procesos de fabricación. La liberación de sustancias tóxicas durante el teñido y el acabado contamina cuerpos de agua cercanos y afecta la salud de los trabajadores y comunidades locales.

Mientras que el rápido ciclo de producción y obsolescencia del fast fashion resulta en enormes cantidades de desperdicio textil. Las prendas de baja calidad y de moda pasajera terminan en vertederos, contribuyendo a la crisis de residuos. Este desperdicio representa una pérdida de recursos y un impacto ambiental duradero.

Todo esto aunado a que la cadena de suministro del fast fashion, que incluye la producción, el transporte y la distribución global de prendas, contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Y es que la huella de carbono asociada con la fabricación y el transporte a larga distancia aumenta la contribución de esta industria al cambio climático.

También, la presión constante para reducir costos de producción en el fast fashion a menudo conduce a condiciones laborales precarias en fábricas, principalmente en países en desarrollo. La explotación de trabajadores, salarios bajos y falta de derechos laborales generan problemas sociales y económicos, contribuyendo a la desigualdad y la injusticia.

Cabe destacar que la industria de la moda emite anualmente más de mil megatoneladas de equivalentes de dióxido de carbono, lo que la convierte en la segunda más contaminante del planeta.

Ante este panorama hablemos del auge de un concepto: moda circular.