Desde hace más de 8 años he escrito cada semana artículos y columnas relacionadas con fidelización, customer engagement, data, programas de lealtad, estrategias de conocimiento de cliente, entre otros temas relacionados. Es lo que me apasiona, es a lo que me he dedicado en los últimos 25 años para diferentes marcas en diferentes industrias. Hoy por primera vez, sentado frente al computador para escribir el contenido de la próxima semana, no se me antoja escribir sobre estos temas mencionados, no porque no tenga algo de interés que compartir, siempre hay algo interesante sobre que escribir, sino porque en los últimos meses he reflexionado mucho sobre el liderazgo y lo que significa ser líder.
¿Qué es ser líder? En cualquier entrevista de trabajo se pregunta sobre el estilo de liderazgo. Es una pregunta muy etérea y que claramente no tiene una respuesta exacta. La mayoría de las definiciones de líder son relacionadas con guiar a personas, influenciarlas, e inspirarlas. Si bien lo anterior es cierto en parte, para mí ser líder es mucho más que eso. Un líder puede ser que no tenga personas o equipos a su cargo, pero aun así ser líder.
Mi definición de líder es una persona que se esfuerza así misma a ser mejor constante y consistentemente, porque tiene la capacidad de autoanalizarse para corregir las oportunidades detectadas. Es consistente en el ser y el hacer, siempre siguiendo sus valores personales. Se automotiva, no necesita de otras personas o factores para seguir adelante. Es compasivo, cercano, empático, humilde. Reconoce errores y aprende de ellos, tiene la capacidad de desaprender y aprender nuevamente. Estas cualidades las cultiva y cuida para que vayan creciendo en el tiempo. Por eso, un líder inspira. Son personas que quizás no hablen mucho, porque escuchan más. Con el actuar enamoran y cautivan. Leía una frase sobre líderes: un líder no es el más inteligente, si no el que provoca que su gente sea la más inteligente. No impone sus ideas con la fuerza, si no lo hace a través de la influencia.
La función de un líder es para servir, sino, no sirve para nada. El líder es un ser humano, con temores, con debilidades y con defectos enormes. Un líder aprende de otros líderes, de mentores a los cuales les aprende las virtudes y los errores. Un líder no puede solo aprender de el/ella mismo. Un líder habla de frente y es capaz de dar retroalimentación de las cosas buenas, regulares y malas. Un líder debe ser humilde pero no porque lo va predicando, sino porque lo va practicando. La humildad de un líder la ven otros, no la ve el líder mismo (Carlos Mario Giraldo, Presidente de Grupo Éxito. Extracto de entrevista “Lo que dura un tinto”).
Simon Sinek dice que el rol de un líder no es generar las mejores ideas, si no el de crear un ambiente en donde las grandes ideas pueden suceder. Ultimadamente, ser o tener un buen líder genera fidelidad, lealtad genuina. Lo opuesto, genera detracción y abandono. Una persona que es líder en el ámbito donde se encuentre crea confianza porque comunica transparentemente y actúa en consistencia. Todas estas cualidades deben ser puestas en práctica diaria. El líder está expuesto a cometer errores. Ya lo comentaba, son humanos y se equivocan. Lo importante es autoevaluarse y corregir. Error es el que se comete la segunda vez. La primera es aprendizaje.