En un paso más hacia el modelo de salud danés -claro, con toda la ironía del mundo-, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio inicio a su plan de Reforma de Salud, el cual pretende revitalizar el debilitado sistema público de salud en México, el cual ha estado muy castigado durante los últimos cinco años, sobre todo por el desabasto de medicamentos en medio de la peor contingencia sanitaria en toda su historia, la pandemia de Covid-19.
Durante su tradicional conferencia matutina presidencial, este 10 de octubre, los gobernadores de 23 de los 32 estados de la República Mexicana firmaron el Acuerdo Nacional para la Federalización de los Servicios de Salud.
En un gesto, calificado como “de unidad”, los gobernadores y gobernadoras se unieron al presidente en el marco de Palacio Nacional para marcar un hito importante en la transformación del sistema de salud: la consolidación del modelo IMSS-Bienestar, cuyo objetivo es brindar un sistema de atención médica unificado, universal, público, gratuito y enfocado en la prevención.
Este nuevo sistema, dijeron, se encargará de atender al 80.2% de los mexicanos que carecen de Seguridad Social, lo que equivale a 53.3 de los 66.4 millones de habitantes, según el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, quien rara vez aparece, pero ahora sí se hizo presente.
Hasta el momento, 23 estados han respaldado este acuerdo: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Colima, Ciudad de México, Hidalgo, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Zacatecas, Guerrero y Morelos.
López Obrador ha calificado el acceso a la salud como una “tarea pendiente” del gobierno mexicano, que este acuerdo busca remediar. El presidente ha destacado que 23 estados se han unido para asegurar que no falten medicamentos, que haya suficientes médicos y especialistas y que no se cobre por atención médica, cirugías u operaciones.
El primer mandatario reiteró lo que ha dicho innumerables veces durante su mandato: “La salud no es un privilegio, es un derecho de nuestro pueblo”.
En este mismo espacio hemos subrayado en muchas ocasiones que el desabasto de medicamentos fue ocasionado por esta misma administración, la cual quiso culpar al pasado y a la corrupción, además de inventar el “hilo negro”. En verdad ha sido un problema grave en México en los últimos años, lo cual ha obligado a muchos pacientes a recurrir a soluciones desesperadas.
No conforme con lo anterior, el desabasto de medicamentos también ya ha afectado a la parte privada, pues muchos pacientes, al no ser surtidos por el sistema de salud de los fármacos que necesitan, acuden a las farmacias privadas, las cuales han tenido demandas sin precedentes de mucho productos, lo que ha ocasionado la escasez de ciertos fármacos.
De esta manera, y como una ocurrencia más, López Obrador ha confirmado en diversas ocasiones la adquisición de una gran bodega para concentrar y almacenar todos los medicamentos necesarios para atender a la población mexicana, que será “la farmacia más grande de México” y que estará lista, en sus palabras, en diciembre próximo. De nada ha valido la advertencia de muchos analistas y expertos de la industria farmacéuticas, acerca de que esta es una pésima idea que no funcionará y que solo serán recursos echados a la basura.
Bajo esta idea de transitar hacia el modelo de Salud de Dinamarca, y así lograr un modelo de atención médica unificado, el Estado mexicano transferirá 707 hospitales y 13,966 centros de salud al IMSS-Bienestar, con lo cual se convertirá en el “sistema de atención médica público más grande del planeta”, según Zoé Robledo, director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Para ello, se ha asignado una inversión significativa de 18,915 millones de pesos para mejorar las instalaciones, abrir más hospitales, regularizar a profesionales de la salud y, en suma, optimizar las condiciones laborales.
El primer mandatario enfatizó que este esfuerzo representa una inversión pública sin precedentes para mejorar la atención médica y garantizar medicamentos y servicios gratuitos para todos los mexicanos.
Así, el presidente espera que este sistema -en teoría mejor que el de Dinamarca- esté funcionando al 100% “a más tardar en marzo de 2024”.
Para concluir, el titular del Poder Ejecutivo remarcó que “el derecho a la salud es una prioridad, y estamos uniendo esfuerzos para garantizar servicios de salud de alta calidad para todos los mexicanos”.
Ya veremos en qué termina esta nueva aventura en el sector salud, pero regularmente lo que se hace sobre las rodillas no acaba bien, para mala fortuna de todos los pacientes y del país mismo, porque “una nación sana es una nación productiva”. Al tiempo.
El Botiquín
- Hace casi mes y medio, quien esto escribe renovó el plan de telefonía celular de tres líneas empresariales con la empresa ATT. Esto se hizo a través de un distribuidor de la firma (Communique), cuya ejecutiva Blanca Alvarado me contactó vía Whatsapp. Sin mucho preámbulo acepté la renovación anual, se hizo el cargo de cada una de las líneas a mi tarjeta de crédito y la ejecutiva envió ese mismo día los comprobantes de pago y los tres contratos. Eso ocurrió el 27 de agosto pasado, pero ahora es fecha que no me han enviado las respectivas facturas.
- Ya he hablado muchas veces con la ejecutiva, quien me dice que ya envió correos al corporativo solicitando dicho documento, fui a tienda física, pero me dicen que el distribuidor es quien debió haber generado el documento; llamé a ATT Empresarial y me indicaron que debía regresar a tienda física y ahí de nuevo me dijeron que necesitaban una factura genérica para poder “refacturar” a nombre de la persona moral…
- La verdad es que hemos perdido mucho tiempo solicitando estas tres facturas, que en teoría debería ser algo simple y automático. Incluso, una vez acudí a la dirección física de la empresa Communique (que se ubica en Prolongación Petén 897, Colonia Emperadores, en Benito Juárez) e intenté hablar con algún jefe, pero eso no fue posible.
- El último capítulo de esta triste historia es que de la parte de Atención Empresarial le escribieron al jefe de Blanca Alvarado, un tal Alejandro Flores, para solicitarle la facturación, a ver si un día tiene tiempo para ver mi asunto. El tema es que el Sistema de Administración Tributaria (SAT) debería verificar qué ocurre con estos negocios, porque dudo mucho que otros tengan la paciencia que yo he tenido con ellos, así que lo más seguro es que lo hagan para desgastar al cliente y no declarar estas ventas.